MinHo abrió un parpado y se sentó lenta y cuidadosamente. Su
cabeza se sentía como si alguien estuviera tocando bongos en ella y parecía que
en cualquier momento se iba a caer y rodar por el suelo. Su estómago parecía
estar bien, lo cual era un alivio. No hubiera sido buena otra cosa. En cuanto a
su aliento, se alegraba de que no hubiera nadie cerca, porque por la manera en
que sentía su boca, tenía la sensación de que su aliento podía pelar la pintura
de la Torre Heras. ¿No eran esos los mismos síntomas que había tenido en su
primera y única resaca? Por lo tanto, él tenía resaca, pero todo lo que había estado
bebiendo... el ponche. ¡Maldición! Debió de haber tenido alcohol.
Y bien, este era el más grande cliché del mundo, pero... ¿Dónde
estaba? La luz del sol se filtraba por la pared de ventanas salpicando su
rostro, y el arrugo los ojos. Bueno, no estaba en su pequeño departamento. Eso estaba
en el lado oeste de su edificio, y lo único que conseguía era el sol de la
tarde, lo sabía por los fines de semana que estaba en casa en la tarde, viendo
futbol y comiendo taco o chalupas. Entonces, ¿Dónde estaba? ¿Quién había tenido la amabilidad
de poner una manta sobre él?
Entrecerró los ojos y miro alrededor. Oh, sí, esta era la
suite detrás de la oficina del señor Shim. Tenía una cocina y un baño, algunas
sillas, una televisión, y este muy cómodo sofá... que se abría en una cama. Él
no lo sabía. Lentamente las cosas regresaron a el: La fiesta de Año Nuevo que
Shim, Shim & Park realizaba para sus empleados. Debido a que había estado
trabajando aquí desde hacía casi un año, conocía a una buena parte de la gente,
y había sido una noche divertida. La comida, servida por uno de los más
conocidos restaurantes en Charlotte, había sido increíble, y el ponche había
sido delicioso y refrescante. "¿Cielos, me pregunto por qué?" Se preguntó sarcásticamente.
Había bailado y bailado y conversado, y cuando el momento
llego, confeti y matracas dieron la bienvenida al 2013. Fue un infierno de
mejor fiesta que la más tranquila fiesta de Navidad, conforme avanzaba la
noche, los ejecutivos comenzaron a lucirse con las pantallas de las lámparas en
la cabeza y besarse con sus secretarias. Y oh, Wow, iban a estar en muchos problemas si el jefe se
enteraba.
MinHo también era secretario, y no le hubiera importado
besarse con un ejecutivo en particular, pero como le gustaba pensar, él no era estúpido.
Además que era conocido en toda la empresa que el señor Shim no salía con sus
empleados, por lo que era el único que no lo hiciera con él. Lo que demostraba
que era un tipo decente. Pero la fiesta
de Año Nuevo había sido en el gran salón de conferencias. ¿Cómo MinHo había
terminado en el sofá en el santuario privado del señor Shim? Las cosas debieron
haberse salido un poco de control. Tenía suerte de que la oficina no abriría
hasta mañana, y nadie lo vería en el traje negro que había comprado para la
ocasión. Aún más afortunado de que Shim ChangMin, el magnífico gerente general
gay de Shim, Shim & Park... y de paso su jefe... aún estaba en la costa oeste,
pasando las vacaciones con su hermano.
Dios, su mente estaba borrosa.
Y si quería mantener este trabajo, sería mejor que moviera
su trasero y sacara su culo de aquí rápido. Bostezo y se froto el cuero
cabelludo con cautela antes de girar sus piernas, haciendo a un lado la manta,
y... congelándose.
¿Dónde estaban sus pantalones?
¿Dónde estaba su camisa?
¿Era eso un chupetón en su cadera?
¡Oh, Dios! ¿Qué había pasado?
Él no podría haber tenido un apagón (6), nunca bebía lo
suficiente para eso. Bueno, nunca bebía, no después de esa primera vez en la
escuela secundaria. Por lo que sus amigos le dijeron, era un feliz y caliente
borracho que voluntariamente había besado a todos a su alrededor, niñas y
niños, y había disfrutado chupándoles la cara a todos ellos. Siempre había
estado agradecido de no haber ido más lejos que eso. No es que fuera un virgen.
Había tenido... Mucho.... Bueno, había tenido un par de novios. Comenzó a hacer
un inventario. Su culo le dolía un poco, ahora que lo consideraba, y sus
pezones se sentían sensibles. Y ese era un chupetón... Se quedó allí sentado inmóvil.
¿Que había hecho? ¿Con quién lo había hecho?
Había dos almohadas en el sofá cama, y cabello castaño
rubio, que no era suyo, estaba en la almohada. Hizo un recuento de todos los
hombres con ese cabello que habían asistido a la fiesta. Hubo un total de
cuatro. El señor Van Heusen tendría unos sesenta años y se había ido poco después
de que el año nuevo llego y la fiesta entro en pleno apogeo. El señor Lewis
estaba felizmente casado, y había llegado con la señora Lewis. El señor McGuire
era totalmente Hetero y salía con una bella pelirroja. Era un tipo muy agradable,
unos tres o cuatro años mayor que MinHo. Eso dejaba al señor Nelson, que era el
más zalamero de los altos ejecutivos. MinHo había sentido su mirada en él un
par de veces, y el brillo depredador que realmente le molestaba.
Si habían tenido... Habrían al menos utilizado un.... Hundió
la cabeza entre las manos y deseo estar muerto. No había manera de que nada
bueno pudiera salir de eso. El señor Nelson pensaría que podría tener a MinHo
cada vez que lo quería, y MinHo preferiría joder con todo el Partido Republicano
que dejar que Nelson se acercara a él otra vez. Fue solo cuando el agua en el
baño contiguo dejo de correr que él se dio cuenta que no estaba solo en la
oficina. Miro alrededor, presa del pánico. Su ropa estaba esparcida por toda la
habitación, y no había tiempo para vestirse. Un zapato estaba al lado del sofá,
y lo agarro. No era mucha defensa, pero era mejor que nada. La puerta se abrió y arrojo el zapato a su atacante.
-¡Nunca
me toques de nuevo, chupa penes, hijo de...!
¡Oh Cristo! ¡Oh Dios! ¡Oh, joder! El señor Shim se quedó allí,
una pequeña toalla en sus manos. Estaba descalzo, con la camisa desabrochada, y
su cabello estaba húmedo. ¿Acababa de ducharse? ¿Sera que él lo había encontrado en este estado? Nelson
nunca lo habría cubierto con la manta, así que probablemente era el señor Shim
el que había tenido esa amabilidad. Pero porque su jefe se veía tan... tan
depravado...
-Yo... lo siento mucho, señor Shim. -Se las arregló para
decir con voz entrecortada. Salto sobre sus pies, casi cayendo sobre su cara
cuando la manta se enredó en sus piernas.
El hombre había llegado a un punto muerto, y ahora lo veía
de arriba abajo como si hubiese encontrado un gusano verde en la lechuga - ¿Generalmente
estas tan nervioso la mañana siguiente?
-Yo... ¿Qué?
-En general, ¿le lanzas zapatos a tus parejas sexuales?
-Por supuesto que no. Yo... uhm... ¿Tuvimos sexo? ¿Fuiste tú?
-MinHo cedió casi con alivio.
-Fui yo. Aunque...
Gracias a Dios no había sido Nelson, pero oh Jesús, él
estaba jodido.
-Voy a... Voy a salir de aquí...
-No, no lo harás.
-Yo....MinHo trago con dificultad, ¿No lo haré?
-No. Tenemos que hablar.
Bueno, esto era todo. Estaba a punto de comenzar el Año
Nuevo despedido. Y le gustaba este trabajo. Bueno, a él le gustaba trabajar
para Shim ChangMin. Se enderezo, esperando que cayera el hacha.
-Esto puede ir de dos maneras.
-¿Señor?
-Puedes seguir trabajando para mí...
-¡Si, Señor! -Oh, gracias, Dios. ¡No voy a ser despedido!
-Pensé que habíamos quedado en que me llamarías ChangMin. -El
señor Shim frunció el ceño- Te dije anoche que no me gusta jugar.
-Un... Lo siento, señor Shim, ChangMin. Yo... ¿Debía admitir
que no recordaba mucho lo de la noche anterior?
-¿Que quisiste decir con que no recuerdas mucho lo de
anoche?
Oh mierda, ¿Había dicho eso en voz alta?- Lo siento yo...
-En ese caso, permíteme recordarte. -Las manos del señor
Shim... ChangMin... Señor Shim se cerraron alrededor de los hombros de MinHo, y
se encontró siendo arrastrado en contra del musculoso pecho de su jefe. Esos
labios exuberantes con los que había fantaseado rozaron los suyos, suavemente
al principio, y luego con un propósito, ya que presiono más fuerte, y la lengua
de ChangMin trato de entrar en su boca. Y entonces MinHo se apartó.
-No. No. - Él estaba consternado de no haber tenido que
trabajar muy duro para lograrlo.
El señor... ChangMin se quedó viéndolo fijamente, con la
boca cerrada como si fuesen dos líneas blancas - Ya... veo. Muy bien. No va a
repetirse lo de anoche. Te doy mi palabra.
-No, es eso... Es mi aliento... Tengo que lavarme los
dientes.
-¿En serio? Bueno, hay un cepillo de dientes en el baño.
-Ahora vuelvo... no se va a ir a ninguna parte, ¿Verdad?
-Voy a esperarte aquí mismo.
-Bien. -MinHo levantó una mano y acarició con los dedos los pómulos
de ChangMin- Ahora vuelvo. -Corrió al cuarto de baño, la manta aun frente a él.
Una mirada en el espejo, y dejó caer la manta. ¿Él tenía un
fenomenal caso de haber estado en la cama y... eso era semen seco en su pecho y
abdomen? Dios, era un desastre. Se cepillo los dientes y tomo una ducha de
cinco minutos. Bueno, está bien, siete. Había llegado al punto donde podía
cronometrar bastante bien. Encontró una maquinita de afeitar desechable y rápidamente
se afeito, cortándose en el proceso, por lo que tuvo que tomar un poco de papel
higiénico y presionarlo en su barbilla, se cepillo el cabello, y por si acaso,
se cepillo los dientes de nuevo. Había una botella de aspirinas en el botiquín,
y observo con satisfacción que era tan solo un mes después de su fecha de caducidad.
¿Quién era el responsable de que todos los materiales no estuvieran vencidos?
Si era el, y si él fuera el jefe, se habría despedido a sí mismo. Se golpeó la
cabeza por tal pensamiento estúpido, por cierto se golpeó la frente con la
botella de plástico.
-¡Ay!
-¿Está todo bien ahí dentro?
-Sí, Señor. -Abrió la tapa y descubrió que aún tenía el
sello de protección en ella. Rompió el sello, se tragó un par de aspirinas y
las termino de tragar con un vaso de agua tibia.
Otra mirada en el espejo le mostró que la herida en la
barbilla había dejado de sangrar, y suavemente quito el papel higiénico. Cuando envolvió la toalla alrededor de su cintura y tomo el
pomo de la puerta los acontecimientos de la noche anterior cayeron sobre él. Lo
que le había hecho a ChangMin y lo que le había hecho ChangMin... cruzó por su
mente en glorioso Tecnicolor, y gimió.
¡Había dormido con su jefe!
Bueno, no exactamente dormido. Para ser más honestos, Dios,
habían tenido sexo contra la pared, sobre sus manos y rodillas en la alfombra,
sobre el escritorio... Sin embargo estaba bastante seguro de que solo habían
usado el sofá cama para dormir. ¿Cómo iba a enfrentar al señor Shim después de
eso? ¿Quizás se hubiera ido? Pero no, MinHo le había hecho prometer que se
quedaría. Oh, Dios, ¿El habría dejado su cerebro en la puerta? Bueno...
bueno... No había nada que pudiera hacer aparte de enfrentar el momento. Con
toda la dignidad que pudo reunir -al menos no había jodido con Nelson- abrió la
puerta y salió del baño.
-¿Te acuerdas?
-Sí, señor. Si, ChangMin.
-No me di cuenta que estabas tan ebrio. Me disculpo.
-Por favor, no lo hagas. -Él no había estado tan ebrio.
ChangMin parecía aliviado- ¿Y has tomado una decisión?
-¿Qué?
-Considerando la manera en que estabas todo sobre mi.
-¿Delante de todos? -No recordaba haber hecho eso, y estaba
horrorizado. Toda la compañía sabía que el señor Shim era una persona muy
privada.
-No, todos se habían ido. Estabas arreglando la sala de
conferencias cuando llegue. Estabas tarareando algo...
-¿Lo estaba?
-Y yo te dije que te fueras a tu casa, que no era necesario
que arreglaras el desorden, que todos se habían ido y un trabajador del
personal de limpieza lo haría por la mañana. Esta mañana.
Era evidente que no se había ido a casa.
-Yo... yo pensé que se quedaría en Los Ángeles hasta después
de Año Nuevo. -MinHo recordaba casi caer de culo cuando la puerta se abrió y el
señor Shim entró. Había estado bailando solo y si, tarareando, y el ver a su magnífico
jefe en la oficina cuando se suponía que debía estar en la otra costa debió de
haberle hecho algo a su cerebro. ChangMin había mencionado que había regresado
antes porque tenía un poco de trabajo que poner al día- ¿De verdad necesitaba
introducir los detalles del acuerdo con la costa oeste en la computadora
mientras aún estaban frescos en su mente?
-¿Recuerdas eso? No. Pude hacerlo desde la computadora de mi
hermano. Seguía pensando en ti mientras estaba allá. Me volvía loco.
-¿Lo hacía?
-Sí. También volvía loco a mi hermano. Finalmente me dijo
que me fuera a casa.
-¿Por qué me quedé cuando llegó anoche, después de que me
dijo que me fuera a casa?
-Dijiste que tenías algo que querías decirme.
~*Flash Back*~
ChangMin... El señor Shim... su jefe... encontró una copa
limpia y la lleno con lo último que quedaba en la ponchera, dio un sorbo, hizo
una mueca y la dejó a un lado.
-¿No te gusta? -MinHo preguntó, sorprendido porque estaba
bueno- Me sorprende. Está bueno.
-¿Cuánto de esto has tomado?
-Es solo ponche. -Se encogió de hombros- Solo una copa o
dos. -En realidad, no había contado- ¿Puedo hablar con usted un momento, señor?
No quería hablar. Tenía el deseo casi irresistible de besar
a su jefe. Era el inicio del nuevo año, maldición, y ¿Qué ley dice que no
puedes besar a tu jefe? Ninguna ley, por lo que era justo lo que iba a hacer.
Bueno, él no había estado pensando con claridad, pero ¿Cómo podía esperarse que
pensara con su jefe allí de pie viéndose lo suficientemente bueno como para comérselo?
-Por supuesto -dijo el señor Shim. Aún era el señor Shim en
ese momento- Ven a mi oficina. -MinHo lo siguió- Espero que no vayas a decirme
que renuncias. Eres uno de los mejores secretarios ejecutivos que he tenido.
-Gracias, señor, pero no, no voy a renunciar. -Él nunca lo
abandonaría. Se apoyó contra la puerta, giró la cerradura, y se dirigió hacia
el señor Shim, sosteniendo en alto una ramita de muérdago que había quedado colgando
olvidada en uno de los artefactos de iluminación de la fiesta de Navidad. La
pobre se secó y marchito, pero ¿Qué demonios?- Todo el mundo quedó atrapado
bajo este muérdago al menos una vez...
-¿Incluyéndote?
-Sí, y ahora es su turno. -Sostuvo la rama sobre la cabeza
de ChangMin, viendo esos ojos claros, y se lamió los labios.
-Ya veo.
-Sabía que lo haría, porque usted es un hombre muy
inteligente. Eres un gran jefe, sabes.
-Sí, lo sé. -Estaba sonriendo, y MinHo quería probar esa
sonrisa- Y tú estás haciendo esto porque bebiste demasiado.
-Solo ponche. -MinHo parpadeó y se echó hacia atrás para
enfocar sus ojos- Creo que mis lentes de contacto... debieron de habérseme caído.
-¿Usas lentes de contacto?
-Ahora que lo pienso, no, no lo creo. Ahora cállate. -Acuno
la parte de atrás de la cabeza de ChangMin con la mano libre y paso los dedos
por el hueco en la base del cráneo- Siempre me he preguntado cómo sería
besarte.
-Tú te has... -Pero ChangMin no pudo decir nada más, porque
MinHo estaba finalmente besándolo, hundiéndose en ese beso, probando esos
labios que eran lisos y más suave de lo que había esperado. Arrojo a un lado el
muérdago y envolvió su otro brazo alrededor de los hombros de ChangMin y... Eso
había sido pura felicidad, y quizás si no hubiera perdido la cabeza, no habría
arrojado lejos el muérdago, teniendo entonces los dos brazos libres para aferrarse
al por su vida y empezado a lamer y mordisquear el cuello de su jefe, las cosas
habrían sido diferentes. No se había dado cuenta que había sido tan... tan
agresivo. Iba a perder su trabajo, y nunca volvería a ver de nuevo al señor
Shim.
~*Fin Flash Back*~
Solo que en vez de hacer una imitación de Donald Trump
diciendo: "Estas despedido". Shim dijo - Sabes que no tendrás una relación contigo mientras estés
trabajando para mí.
-Sí, lo sé.
-Entonces, lo que pasó anoche, con lo alucinante que fue, no
volverá a pasar, pero seguirás siendo mi secretario.
¿Había sido alucinante? MinHo quería jactarse. No lo hizo,
por supuesto, pero él quería. Se mordió el labio en un intento de ocultar una
sonrisa de satisfacción- Y si yo... ¿Y si quiero que vuelva a suceder?
-Entonces me darás la notificación de tu renuncia.
-¿Me dará una referencia?
-¿Para qué?
-Voy a necesitar un trabajo. Tengo cuentas que pagar.
-Yo me encargare de todo lo que necesites. Voy a ver que
tengas un lugar para vivir, y recibirás un sueldo.
-¿Por qué? ¿Por dormir contigo? Eso es algo completamente
gratuito para mí. O para ti. Perdón por decir esto, pero no lo hiciste por
cualquiera de tus otros amantes. -Había oído con atención cada vez que el
nombre de ChangMin se pronunciaba- ¿Por qué yo?
-Porque de esa forma lo quiero.
-¿Alguien murió y te hizo rey? -MinHo quería morir- Yo...
-Quiero cuidar de ti, MinHo.
Esa fue la primera vez que ChangMin había utilizado su
nombre. Nunca se había oído tan sexy y erótico, cuando alguien más lo decía.
-Tengo que trabajar. Incluso si pagas por todo, me volveré
loco sentado en casa esperando a que aparezcas.
ChangMin comenzó a abotonarse la camisa, y se dio la vuelta-
Lo que pasa es que no sé cuándo voy a estar libre, y te quiero disponible siempre.
-¿Que tal medio día? Pero tengo que trabajar. -El
pensamiento aturdía su mente. Y luego entrecerró los ojos cuando algo se le ocurrió-
No recuerdo que alguna vez salieras del trabajo de repente -Si se trataba de
eso, el no recordaba que alguno de los novios de ChangMin apareciera
inesperadamente en la oficina. MinKyung fue el único que en realidad había
venido.
ChangMin se sonrojo, más de lo que MinHo recordaba haberlo
visto, y se aclaró la garganta- Puedes terminar la universidad.
-¿Te refieres a que después de obtener mi licenciatura,
podría seguir para obtener también mi maestría? ¿Y quizás un doctorado?
-Si eso es lo que quieres. -¿Era eso esperanza en su voz?
No, los gerentes generales de las grandes empresas podían
obtener lo que sea -o a quien quisieran- simplemente chasqueando los dedos.
-¿Puedo pensar en eso?
-*-*-*-
Notas:
(6) Se le llama apagón a no recordar nada de lo que se hace
estando borracho, en Colombia se dice: se le borro la película o se enlaguna,
en cada país tienen una forma diferente de decirlo.
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