miércoles, julio 09, 2014

El Mejor (CMH) - Capítulo 11

-Repórtate enfermo -Min le dijo el miércoles.

Si MinHo estaba preocupado de que todo el mundo pensara que tenía una seria resaca, no expresó sus preocupaciones.- ¿Qué vamos a hacer?

-Deja que te sorprenda.

-Está bien.


Tomaron un taxi de regreso a la oficina, para recuperar su Porche convertible. El pequeño carro de MinHo estaba estacionado justo al lado. Normalmente los vehículos que eran dejados durante la noche serían remolcados.

-Es bueno ser el secretario ejecutivo del jefe - bromeó.

-¡Es bueno ser el jefe! Déjalo aquí por ahora.

-Sí, jefe. -Él soltó una risita- ¿Dónde vamos?

-Dame la dirección de tu departamento. Necesitas tu propia ropa. -ChangMin se había complacido que aparte de que la camisa le quedaba un poco ancha, su ropa le quedaba bastante bien a MinHo. Excepto, por supuesto, por el bóxer. MinHo tenía las caderas más estrechas, aunque tenía un trasero de burbuja, que estaba bien. Eso significaba que estaba desnudo bajo la ropa. Y eso hizo que ChangMin se riera. ¿No estaban todos desnudos bajo la ropa? El complejo de departamentos donde vivía MinHo eran cajas de tres pisos sin ningún atractivo exterior.

MinHo se encogió de hombros y sonrió con ironía- .Es un techo sobre mi cabeza, y es barato.
Min definitivamente tendría que buscarle algo mejor. Normalmente le pediría a su secretario ejecutivo que lo buscara por él, pero no podía hacer eso ahora. Bueno, él pensaría en algo. MinHo lo dirigió hacia el estacionamiento en la parte trasera y señaló el lugar para el departamento 311- Ese es el mío.

No había ascensor, así que siguió a MinHo mientras trotaba por los tres pisos de escaleras- ¡Maldición! Necesito ir más al gimnasio.

-Uno se acostumbra después de un par de semanas - MinHo ni siquiera estaba jadeando. Abrió el camino por la escalera. La puerta del 311 estaba a la mitad de un pasillo largo y estrecho. Sacó las llaves de su bolsillo,  por un segundo Min temió que pudieran haberse caído cuando había lanzado a MinHo a la cama anoche y retirado los pantalones de sus largas piernas- Por favor, entra y ponte cómodo -murmuró MinHo mientras abría la puerta.

-Esto es... - ¿Qué podía decir Min? Sí, estaba inundado por la brillante luz del sol de la tarde, pero era ¡diminuto!

Como si pudiera escuchar lo que Min estaba pensando, MinHo dijo- Es lo suficientemente grande para mí. ¿Gustas café o un refresco? Lo siento, no tengo nada más fuerte.

-No, así estoy bien.

-Está bien. Sólo dame un minuto. -Entró en un cuarto de escobas que era su dormitorio.

El departamento aún tenía la decoración de Navidad. En un rincón había un pequeño árbol que no podría haber sido de más de medio metro, y debajo había una serie de regalos que no se habían abierto. No se había dado cuenta de que su secretario ejecutivo conociera tanta gente. Recordó algo que MinHo dijo sobre que sus amigos estaban en Nueva York, pero aparte de eso, Min no conocía su vida privada.

-MinHo, ¿Vas a abrir tus regalos?

-Hmm. Oh, no, está bien.

-Está bien. -Min fue a pararse junto a la puerta y vio como MinHo empacaba, trajes, jeans, camisas, sudaderas y ropa interior, empezó a reír.

- ¿Qué? - La confusión de MinHo era evidente.

-Linterna Verde.

Él sonrió, una sonrisa muy sexy por cierto, y levantó el bóxer negro y verde- Me gusta Linterna Verde -Los puso en la maleta y luego cerró la cremallera- Está bien, todo está guardado. ¿Vamos a la oficina?

-No. Ya que te vas a quedar conmigo hasta que encontremos un lugar para ti, ahí es a dónde vamos.

-¡Asombroso!

Y ChangMin tuvo que sonreír.

Fue algo bueno que el espacio detrás de los asientos fuera lo suficientemente amplio para contener la maleta de MinHo. ChangMin se había olvidado por completo que su propia maleta estaba en el maletero.

-¿Tenías otras cosas en la mente, hermoso? -MinHo bromeó, y ChangMin sonrió.

El llegar a su condominio le tomó unos veinte minutos, y una vez en el estacionamiento subterráneo, dejó el Porche en su lugar. MinHo se contorsionó para conseguir sacar su maleta, mientras que ChangMin abría el maletero y sacaba la suya. El trayecto hasta su departamento fue... asombroso. MinHo dejó caer la maleta y se abalanzó... ¡El chico realmente se abalanzó sobre él! Ellos estaban tan involucrados explorando la boca del otro que se les pasó que el elevador se detuvo en su piso. Cuando llegaron al vestíbulo, los dos se rieron, y aunque MinHo no se ruborizó, ChangMin podía sentir el calor en sus mejillas. Señaló hacia un rincón del elevador y le ordenó.

-¡Quédate ahí!

-¡Sí, Señor! -MinHo le lanzó un saludo. Y cuando se giró para caminar a la parte posterior del elevador, ChangMin le pellizcó el trasero- ¡Hey!

Él no pudo evitarlo. Jaló a MinHo a sus brazos y lo besó de nuevo.

Esta vez cuando las puertas se abrieron, tomaron sus maletas, y ChangMin guió el camino por el pasillo hasta su departamento. Le complacía que su mano estuviera firme cuando introdujo la llave en la cerradura. Después de los besos en el elevador, lo único que quería era colocar a MinHo en una superficie plana y tomarlo. Por supuesto que no lo haría. Era un caballero, y él tenía cierto control. Vació algunos cajones, hizo espacio en su armario, y dijo.

-Desempaca. Tengo un par de cosas que tengo que hacer.

-Está bien. También vas a desempacar.

-¿Hmm? ¡Oh, sí! - le gustaba la idea de que MinHo se quedara con él, pero Min quería instalarlo en su propia casa, una que pudiera amar.

ChangMin abrió la maleta y sacó todo de la maleta. Él tenía algo más importante que hacer, así que simplemente dejo su kit de afeitar en el baño principal y arrojó todo lo demás en el cesto. Podía ordenar lo que había que lavarse y lo qué necesitaba ser enviado a la tintorería después. Su computadora estaba en su estudio. Revisó algunas listas mientras MinHo estaba ocupado en el dormitorio. Por un segundo ChangMin consideró tener a MinHo aquí con él. No ¿Para qué tentar la suerte? Nunca había animado a ninguno de sus amantes a vivir con él. Pero entonces consideró al joven en su dormitorio y pensó- ¿Bueno, quizás…?

-Todo hecho, ChangMin.

-Excelente. - Él también había terminado- Vamos.

-¿A dónde?

-A ver a mi abogado. Quiero conseguir negociar este acuerdo.

-Sí. Claro.

Regresaron al estacionamiento debajo del edificio-  Tengo dos lugares. El segundo es para ti.

-Gracias. -MinHo agachó la cabeza, se metió en el Porche, y Min se dirigió a la oficina de su abogado.

MinHo no pedía mucho, sólo la promesa de pagar su universidad hasta posgrado, y una referencia si su relación no duraba tanto tiempo, aunque ChangMin no le dijo eso último a su abogado. La expresión de su abogado se hacía más fría y sombría mientras anotaba todo lo que ChangMin decía. Cincuenta mil dólares cada año para cubrir la matrícula, servicios públicos, ropa y alimentos, un subsidio para amueblar cualquier casa que escogiera -que iban a empezar a buscar en el momento en que salieran de aquí- seguro médico, seguro de vida, un nuevo carro… MinHo se rió cuando dijo eso, luego sacudió la cabeza y se negó a explicar. Bueno, fue bueno que su abogado lo viera juguetón.

-ChangMin, ¿Estás seguro...? -el abogado comenzó a preguntar, pero ChangMin lo interrumpió.

-Estoy seguro -Iba a asegurarse de que MinHo tuviera todo lo que habían discutido ayer.

Lo único que MinHo no iba a conseguir era su corazón, tal vez por ahora, ya que estaba en el congelador desde que KyuHyun eligió vivir con una mujer en lugar de con él. En un último desesperado esfuerzo para volver con él, Sang había llamado y dejado un mensaje largo y vago en su contestador automático. El quid del asunto era que si ChangMin lo hubiera amado, Sang nunca habría sentido la necesidad de ir a otro lugar para encontrar afecto. ChangMin lo sentía. Sang había sido divertido, y quizás si hubiera dicho algo antes de encontrar a alguien más para besar, aún estarían juntos. ¿Podría ser que inconscientemente aún sentía que sus besos pertenecían a KyuHyun? Bueno, él no iba a cometer el mismo error por segunda vez, y tan pronto tuvo una oportunidad, besó a MinHo. Se pasó la lengua por los labios, recordando el sabor de MinHo. Oh, sí, ¡Lo había besado! Y no podía recordar que los besos de KyuHyun fueran tan calientes. Una vez que ambos firmaron el documento, Min tomó la mano de MinHo, le besó los nudillos y le sonrió.

-Hay una bonita casa de tres dormitorios en Huntersville -la había encontrado mientras MinHo estaba en el dormitorio desempacando, y había hecho una cita con el agente de bienes raíces- Vamos a verla. -Echó un vistazo a su abogado- Por favor, asegúrate de que estos documentos sean enviados a mi casa. Veré que MinHo reciba su copia cuando esté instalado. Adiós, KyuHyun.

-Adiós, ChangMin.


ChangMin notó con satisfacción la tensión en la voz de su antiguo amante. 



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