El día de MinHo no iba bien. Fue el primer pensamiento que
tuvo cuando una nueva pila de libros se derrumbó encima de él. Concedido, había
sido toda culpa suya. Sus manos temblaban y su corazón latía tan rápido que
amenazaba con estallar fuera de su pecho. Algo estaba pasando con ChangMin, y
eso lo volvía loco por ver y sentir solo pequeñas partes y piezas.
-MinHo, ¿Estas bien? -Su jefe y amigo, JunSu pregunto- Has
estado actuando de manera extraña durante todo el día.
MinHo solo suspiro, ya que JunSu sabía la respuesta a la
pregunta antes de que incluso hubiera preguntado. JunSu se arrodillo junto a él
y ayudo a MinHo a recoger los libros caídos
.
-Tal vez deberías tomarte algún tiempo libre, -El otro
hombre sugirió.- Has puesto mucho esfuerzo en la librería en los últimos
tiempos. Te mereces un descanso.
MinHo se sentó en el frio suelo de la sala de almacenamiento
y enterró su cara entre las manos. Si se iba a su casa, solo tendría más tiempo
para pensar en ChangMin. Si se quedaba aquí estaría en medio del camino e
incluso podría dañar los productos.
-Prefiero quedarme, si te parece bien -dijo a JunSu.
JunSu asintió con la cabeza, con una expresión que sugería
que se dio cuenta de la magnitud de la necesidad de MinHo de distracción.
-Por supuesto. Te diré algo. Ve a ayudar a HeeChul, en la
parte delantera. Voy a terminar el inventario aquí.
-Gracias, JunSu. -MinHo sonrió y se levantó- Eso sería
genial.
Si los clientes se presentaban, siendo agradable tal vez sería
bueno alejar su mente de ChangMin. Aunque MinHo lo dudaba. Demasiado había
pasado. Todavía estaba sacudido por los acontecimientos del día. Justo antes, había
sentido al hombre tratando de matar a su padre. Se las había arreglado para
llegar a ChangMin y hacerse oír, pero la chispa se había ido. Aun así, sabía
que el comportamiento de ChangMin no podría haber quedado impune. Temía por la
vida de su compañero, y se sentía más impotente que nunca. HeeChul lo asalto
tan pronto como salió de la sala de almacenamiento.
-¿Cómo te sientes? -pregunto- ¿Todavía loco?
-Viene y va, -respondió MinHo, nada cómodo con HeeChul
contando la verdadera magnitud del problema en público.- Es más fuerte hoy.
HeeChul lo abrazo.
-¿Has intentado cambiar?
MinHo se quejó.
-Simplemente lo pone peor. Supongo que tendré que esperar.
-Era lo que siempre hacia, aunque hoy, no funcionaria. MinHo ni siquiera quería
hacerlo. Solo quería a ChangMin.
HeeChul lo liberó del abrazo y asintió con la cabeza, el
lamento pintado en su rostro.
-Me temo que sí. Me gustaría poder ayudarte, pero...
HeeChul súbitamente dejo de hablar, y al mismo tiempo, MinHo
sintió que algo no estaba bien.
La campana anunciando nuevos clientes sonó, y sus sentidos
fueron asaltados por el olor a depredador. HeeChul maldijo y empujo a MinHo detrás
de él.
-Chico, es mejor que vengas aquí.
Cuando su amigo y jefe apareció desde atrás, los lobos se
acercaron al mostrador, sus miradas se fijaron en MinHo. MinHo no los conocía,
pero no hacía falta ser un genio para darse cuenta de que esto tenía algo que
ver con la ansiedad de ChangMin.
-Hola, corderito, -dijo uno de ellos.
-No me llames así, -respondió MinHo de vuelta. Solo ChangMin
tenía el derecho a llamarle por el nombre de su dulce mascota.
El segundo hombre se echó a reír.
-No obtienes lana de un nudo. Solo estamos aquí en relación
con un conocido en común nuestro. El anciano le ha dado a ChangMin otra
oportunidad. Todo lo que tienes que hacer es venir con nosotros.
Los ojos de MinHo se abrieron como platos. ¿Podría ser
cierto? ¿Podrían estar aún juntos, incluso después de todo este tiempo? En su corazón,
MinHo nunca había dejado de esperar. Pero confiar en los lobos seria
simplemente estúpido.
-De ninguna manera, -respondió HeeChul en su lugar.- Él no
va a ninguna parte con ustedes.
-¿Y cómo vas a detenerlo, o a nosotros, cisne? -El primer
hombre pregunto.
-El, tenemos nuestros métodos, -JunSu salto de repente.
El segundo lobo se echó a reír.
-De acuerdo. Un cisne y un colibrí. Así que tienes algunos
guardaespaldas, cordero.
Tan rápido como el rayo, HeeChul y JunSu sacaron dos
escopetas de debajo del mostrador. Estaban cargadas y listas, MinHo sabía,
balas de plata pura, y muy similar a las utilizadas por los guardias de
Ramston. Hasta ahora, MinHo nunca las había visto utilizar, pero a juzgar por
la forma en que sus dos amigos sostenían las armas, deben haber tenido otras
experiencias desagradables con carnívoros.
-Retrocedan, jodidos perros, -dijo JunSu con el ceño
fruncido- o de lo contrario tendremos que comprobar si son tan inteligentes,
con una ronda de plata en vuestro interior.
La diversión desapareció de la conducta de los lobos y se
tensaron.
-Estás jugando con fuego, colibrí, -dijo uno de ellos.
Pero a pesar de la advertencia, ninguno de los dos trató de
acercarse todavía más. En cambio, el segundo lobo aun dijo.
-Mira, no vamos a empujar tu mano, cordero. Si no quieres
venir, no hay problema. Pero recuerda, no vas a tener esta oportunidad otra
vez.
MinHo se mordió el labio, más que nunca anhelando su conexión
con ChangMin, necesitando un consejo. No podía confiar en estos hombres, no.
Sin embargo, tenía miedo de lo que las palabras de los lobos significaran, lo
que implicaban. ¿Había tenido razón en temer que el comportamiento de ChangMin
seria sancionado, incluso con la muerte? Si era así, MinHo no creía poder vivir
sin ChangMin. Esta podría ser su última oportunidad de ver a su lobo.
-Está bien -respondió- Voy a ir contigo.
-¿Qué? -HeeChul se volvió hacia él, boquiabierto de
incredulidad.- No puedes estar hablando en serio. Una vez que estés fuera de la
puerta, te van a matar.
-Voy a estar bien, -respondió MinHo con mayor certeza en su
voz de la que realmente sentía.
-El infierno que lo haría -grito HeeChul.- Si estas
insistiendo en esta locura, me voy contigo, y también mi escopeta de confianza.
Por mucho que MinHo agradeciera el apoyo de su amigo, no sabía
cómo todo esto iba a resultar. Si, efectivamente moría, no quería arrastrar a
HeeChul con él. Su amigo había hecho demasiado por él y todavía tenía que
vivir, para amar, para encontrar su lugar y su propósito en la vida.
-No Chullie - negó con la cabeza.- Esto es algo que tengo
que hacer. -Los abrazo a ambos a HeeChul y JunSu.- Gracias por todo, a los dos,
-susurro.
-No digas adiós, -murmuró HeeChul de vuelta.- Ni se te
ocurra decir adiós.
Así que MinHo no lo hizo. En su lugar, los abrazó más
fuerte, entonces se separó.
-Hasta luego -dijo.
Los lobos no hicieron ningún comentario y esperaron
pacientemente. Por fin, salieron de la tienda, con lo cual MinHo rechazo su sensación
instintiva y pregunto.
-¿Puedo pasar por mi apartamento para coger algunas cosas?
Uno de los lobos negó con la cabeza.
-No las necesitaras.
Eso no sonaba muy alentador, pero ya era demasiado tarde
para volverse atrás. Suprimiendo un estremecimiento, MinHo permitió a los lobos
que lo llevaran a una negra camioneta. Todo su ser gritaba « ¡No, no lo hagas!
Nunca entres en la camioneta. » Pero supuso que aquellas personas que decían
que las ovejas eran estúpidas debían tener al menos la mitad de razón, porque
no dio marcha atrás. Por otra parte, podría haber sido solo su necesidad de ver
a ChangMin. Su conexión -sin embargo tensa y oscura- lo había mantenido en
marcha, tanto como odiaba admitirlo. Si perdía eso, bien podría dejar de
respirar por completo. Las puertas de la furgoneta se abrieron, revelando un
par de lobos en el interior. Probablemente si HeeChul y JunSu hubieran
insistido en mantenerlo en el interior de la tienda, los otros depredadores habrían
estallado dentro. De hecho, MinHo habría apostado dinero que incluso si hubiera
decidido no venir con los lobos, después de todo, habría sido forzado. Al
final, no importaba. De cualquier forma, el resultado sería el mismo. Sin
protestar, MinHo entro en la furgoneta y se sentó junto a los lobos. Se obligó
a calmarse, aunque su instinto le grito que saliera de ahí. Afortunadamente,
los depredadores lo ignoraron, aunque MinHo todavía podía sentir su hostilidad
hacia él. El vehículo arrancó, pero con la furgoneta sin tener ventanas en la
parte posterior, MinHo no podía ver hacia donde se dirigían. Cerró los ojos y
se concentró para no tener un ataque de pánico. Como norma, a las ovejas se les
enseñaba desde muy temprana edad a evitar ese tipo de cosas, pero en tales
circunstancias, podría resultar problemático. No sabía cuánto tiempo el viaje
duro, demasiado concentrado en no volverse loco de pánico. Solo se dio cuenta
de que habían terminado cuando sintió el coche más lento y detenerse. De alguna
manera, se las arregló para reunir el coraje para preguntar.
-¿Ya llegamos?
Uno de los lobos que habían venido detrás de el en el
interior de la tienda de libros asintió.
-Buena suerte. La vas a necesitar.
MinHo parpadeo sorprendido, sin saber cómo debía interpretar
las palabras del lobo. No tuvo mucho tiempo para pensar en eso, sin embargo. La
puerta de la furgoneta se abrió, revelando aún más depredadores. Genial, solo
genial. Tomando una respiración profunda, MinHo siguió sus instrucciones y dejo
el coche. Se encontró en medio de una arboleda. Que extraño. Debía haber estado
tan absorto en sus cavilaciones que no se dio cuenta del cambio del asfalto de
la carretera al polvo. Con una mezcla de temor y curiosidad, miro alrededor,
tratando de averiguar su ubicación actual. Su corazón comenzó a latir más rápido
cuando sintió una presencia familiar cercana. Los lobos no le habían mentido
acerca de una cosa. ChangMin estaba aquí. Incapaz de contener su entusiasmo,
MinHo se liberó de los lobos y corrió en la dirección general en la que sus
sentidos le decían que podía encontrar a su pareja. Se congelo en seco cuando
la alta figura del padre de ChangMin apareció delante de él.
-Alto ahí, cordero, si quieres vivir, -dijo el hombre mayor,
entrecerrando los ojos en MinHo.- Es demasiado tarde para cambiar de opinión o
huir.
-Yo no quiero huir, -respondió MinHo.- Solo quiero ver a
ChangMin.
Tal vez confesar su necesidad por la presencia de su
compañero no le ganara ningún punto, pero dudaba que fuera capaz de ocultarlo
de todos modos. Curiosamente, el lobo no parecía enfadado. En cambio, casi se quedó
pensativo.
-Así que sentiste que él está aquí. Muy bien. ¿Mis hombres
te dijeron que decidí darte otra oportunidad?
MinHo asintió, aunque no se fiaba del lobo. El anciano había
sido el que lo separo a él y a ChangMin en primer lugar. ¿Por qué cambiaría de opinión?
-Veo en tus ojos que dudas de mí, MinHo. Ese es tu nombre
¿No?, ¿MinHo?
MinHo solo se le quedo mirando y, a través de un milagro,
logro responder.
-Sí, lo es. Y si, no puedo creer lo que está pasando.
-Totalmente justificable. -El lobo agarro el brazo de MinHo
como si fueran viejos amigos con la intención de ir a dar un paseo.- Sabes quién
soy, ¿Supongo?
MinHo reprimió el impulso de poner los ojos en blanco. Sin
embargo estimo que estos lobos consideraran a las ovejas serlo, la conexión con
ChangMin y el tiempo que había pasado al lado del hombre hace dos años le había
dado a MinHo una idea bastante buena sobre el padre del hombre.
-Sí, señor -respondió el, la palabra respetuosa sabiendo
amarga en su lengua.
-Muy bien. -hizo una pausa, como para aumentar la expectación
de MinHo o poner de relieve lo que quería decir.- Ves, MinHo, soy ambos, un padre
preocupado y un Alfa con un deber. Me veo obligado a hacer ciertas cosas que
pueden parecer crueles a los extraños. Por encima de todo, creo en que la
naturaleza sigue su curso.
El hombre se detuvo de hablar de nuevo, y MinHo tomo su
señal para decir.
-No lo entiendo. ¿A dónde quiere llegar con esto?
-Mis hombres te han dicho que tengo la intención de darte a
ti y a ChangMin otra oportunidad, ¿Verdad? -cuando MinHo asintió, el lobo
anciano continuo- Antes de ir con todo, quiero hacerte una pregunta. ¿Sabes lo
que ocurrió hoy más temprano?
MinHo vacilo, sin saber lo que el lobo se esperaba o quería
que dijera. Al final, algo en los ojos del otro hombre le dijo que fuera con la
verdad.
-¿Sobre lo que ChangMin hizo? Sí.
El anciano lo aparto de todos los otros lobos, entonces en
un susurro, le pregunto.
-Dime exactamente lo que sentiste.
La actitud del lobo le confundió e intimido a MinHo y
tartamudeo a través de una respuesta.
-Yo... Uh, En cierto modo, lo sentí cuando él lo ataco, y
una especie de... Bueno, trato de.
El otro hombre asintió con la cabeza, gracias a Dios no le
obligo a ser más coherente.
-Ya veo. ¿Y tú hiciste qué?
MinHo trago saliva. ¿Debería decirle al lobo que había
hablado con ChangMin y le rogo a su compañero que parara? Parecía una ventaja dada
las circunstancias, pero el hombre podría interpretarlo de mala manera y hacer
una acusación adicional hacia su hijo. Por otra parte, los otros no parecían
saber acerca de las acciones de ChangMin. El anciano le había apartado para discutirlo.
Tal vez el lobo realmente era un padre preocupado, también. Reuniendo su valor,
MinHo fue con la verdad de nuevo.
-Yo... conseguí hablar con él, y le dije... que se
detuviera.
Una vez más, el lobo se quedó pensativo.
-Agradezco tu honestidad, -dijo finalmente.- Es muy
importante. -Su mirada penetrante fija en MinHo.- Antes que nada, quiero que
sepas que aprobaste la primera prueba. No sé si eres consciente de esto, pero
hay una diferencia entre una pareja reclamada y una verdadera pareja. ChangMin
cree que tú eres su verdadera pareja, su otra mitad, vista la situación. Como
tengo entendido, a pesar de su vínculo con Roxanne, no pueden hablar entre si telepáticamente.
Esto apoya su afirmación de que tú eres el único para él. No había confiado en realidad
en sus palabras hasta hoy.
La esperanza corría por MinHo.
-¿Nos permitirá estar juntos, entonces?
-No te apresures, cordero. -genial, MinHo estaba de vuelta
para ser un cordero.- Lo que tú y él están tratando de hacer desafía todo lo
que sabemos. Como por ejemplo, quiero completar una prueba. Si la pasas, serás
libre.
MinHo no creía que le gustara este nuevo plan, y su sospecha
fue confirmada segundos más tarde, cuando el lobo tiro del hacia el borde de la
arboleda. Mientras caminaban, sintió la presencia de ChangMin crecer más y más
poderosa, pero no pudo ver a su pareja en ningún lugar. Por último, se
detuvieron y el anciano señalo algo que MinHo originalmente no se había dado
cuenta -un agujero en el suelo cubierto de barras. Parecía profundo, y aunque
era un cambia-formas, MinHo no pudo ver el fondo, pero aun también, sabía que
ChangMin debía estar ahí. Se arrodillo sobre la hierba, desesperadamente
tratando de atravesar los barrotes.
-¡ChangMin! -grito- ¡ChangMin!
La voz de ChangMin le respondió como desde la distancia.
-¿MinHo? Oh, Dios, no deberías haber venido. No debes estar aquí.
El anciano acercó a MinHo y lo obligó a mirarlo a los ojos.
-Permanecerán ahí juntos durante un mes. De vez en cuando se
te dará alimento, pero no a ChangMin. Si sobrevive a esto, sin tratar de
comerte, significa que realmente son compañeros de verdad.
MinHo se quedó boquiabierto.
-No puedes estar hablando en serio. Moriré
.
El otro hombre sacudió la cabeza.
-Los lobos pueden vivir sin comer durante mucho tiempo, y estarán
bajo estrecha supervisión. Pero no creo que vaya a llegar a eso.
Claramente, no importaba lo que el lobo había dicho antes, todavía
estaba convencido de que MinHo y ChangMin no podían ser verdaderos compañeros,
y que, si presionaba, ChangMin se comería a MinHo. El anciano hizo un gesto con
la mano en la dirección general de la arboleda, y algunos lobos se dirigieron a
su posición. Quitaron la tapa de barrotes, usando gruesos guantes. Las barras debían
estar hechas de plata. Antes de que MinHo pudiera decir nada más, el anciano le
empujo al abismo. MinHo cayó a través de la oscuridad, oyéndose gritar, sin
saber si iba a sobrevivir hasta que aterrizara. Cambia-formas o no, todavía podía
romperse el cuello. Cerró los ojos, incapaz de ver su muerte venir.
Y entonces, de repente, unos brazos fuertes se envolvieron a
su alrededor, atrapándolo. Sus fosas nasales fueron invadidas por un olor
picante y familiar. MinHo abrió repentinamente los ojos, y por primera vez en
dos años, se encontró con la mirada de su amado compañero. MinHo se veía
justamente tan hermoso como lo recordaba ChangMin. Había cambiado muy poco,
salvo un peinado a la moda probablemente resultado de la intervención del cisne
HeeChul en la vida de MinHo. Estaba a la vez feliz y consternado de ver a su
pareja. De hecho, se sintió emocionado por sostener a MinHo, una vez más, pero
el peligro en que había puesto al cordero ensombreció ese regocijo. Como si
olvidara todo sobre el horrible lugar en el que estaban, MinHo enterró su
rostro en el cuello de ChangMin y respiro hondo.
-Pensé que nunca te vería de nuevo, -murmuro. Se separó y
fulminó con la mirada a ChangMin- ¿Cómo pudiste dejarme así? ¿Cómo pudiste
reclamarla?
MinHo sonaba furioso, y sus ojos brillaban con ira genuina y
celos. La boca de ChangMin se le seco con el deseo de besar apasionadamente a
su compañero. Y por una vez, no veía ninguna razón para negarse a sí mismo.
Incluso si había docenas de lobos por encima de ellos, no importaba. La decisión
había sido tomada, y el padre de ChangMin no lo haría cambiar de opinión no
importa lo que ChangMin hiciera. Con esto en mente, ChangMin presionó los
labios contra los de MinHo. El sabor de su compañero golpeando sus papilas
gustativas, y ChangMin gimió en éxtasis. Se sentía como si hubiera sido un
hombre vagando por el desierto durante dos años, y finalmente hubiera
encontrado su oasis. No sabía cómo había logrado aún sobrevivir sin la ambrosia
de los besos y caricias de MinHo. Le parecía imposible ahora. MinHo entrelazo
sus manos en su pelo, gimiendo suavemente, separando sus labios para permitir
la entrada a ChangMin. Sus lenguas se enredaron cuando se volvieron a
familiarizar ellos mismos el uno con el otro, y ChangMin bajo a MinHo al suelo
y cubrió el cuerpo de su compañero con el suyo. Saqueo los rincones de la boca
de MinHo, frotándose contra su cordero mientras lo hacía. Su polla respondió a
la proximidad de MinHo, de una manera que nunca tuvo a nadie más, especialmente
no durante los últimos años. Gimió, ya dolorido por rasgar la ropa de MinHo
fuera y joder a su pareja. Se separaron para respirar, y ChangMin se encontró
con la mirada de MinHo de nuevo. El deslumbramiento de su compañero fue
reemplazado por una expresión de asombro.
-No trates de calmarme con eso -murmuro MinHo, pero no
sonaba molesto en absoluto.
-Lo siento. -ChangMin sonrió suavemente.- Bueno, eso es una
mentira. No lo siento.- MinHo le devolvió la sonrisa.
Yo tampoco. -su expresión se puso seria.- No quiero que estés
con ella nunca más.
Un puño apretó alrededor del corazón de ChangMin por el
dolor en la mirada de MinHo.
-Pase lo que pase a partir de ahora, no nos separaremos de
nuevo, -prometió. Esta vez, cumpliría su palabra, no importara lo que pasara.
MinHo asintió, aparentemente creyendo sus palabras.
-¿Crees que tu padre realmente nos dejara ir?
ChangMin libero a MinHo del abrazo y se dio la vuelta. Se
sentaron juntos en el frio suelo, con MinHo apoyado sobre él.
-Es un hombre de palabra, -respondió ChangMin,- pero no
estoy seguro de como reaccionaria después. Todo esto es una locura.
MinHo se mordió el labio, pareciendo ansioso.
-¿Te ha dicho sobre el plan?
ChangMin suspiro.
-¿El que trata de hacerme morir de hambre? Sí. No es
demasiado inverosímil. Los lobos pueden pasar mucho tiempo sin comer. Pero va más
allá de mi capacidad de comprensión como puede pensar que alguna vez te comería.
-No cree que seamos pareja, -dijo MinHo.- Supongo que es una
buena cosa para nosotros, sin embargo. Podría ser que tuviéramos una
oportunidad en esto.
MinHo parecía estar llevándolo con optimismo, pero ChangMin podría
sentir el miedo de MinHo, no para el mismo, sino por ChangMin.
-Hey, corderito, no te preocupes. Puedo manejarlo. Los lobos
son criaturas resistentes. Voy a estar bien. -Sonrió.
-Ahora, solo vamos a no pensar en eso durante un tiempo, ¿De
acuerdo? Ya se nos ocurrirá algo, estoy seguro.
Fijo su mirada en MinHo.
-Sé que no es la situación más romántica, -dijo- pero Dios,
te he extrañado. No tienes ni idea de cuánto.
MinHo sonrió suavemente, sus ojos negros tan profundos que
incluso en la oscuridad de la fosa, iluminaron el alma de ChangMin.
-Creo que tengo una muy buena idea.
El mensaje oculto en esas simples palabras y la emoción de
MinHo, les dijo que dejaran de lado todas las sombras en el corazón de
ChangMin. No le importaba donde se encontraban ya más. Solo tenía que tocar a
MinHo, lo necesitaba con tanta necesidad, que dolía. Sin esperar un segundo más,
ChangMin tomo los labios de MinHo una vez más. Se le había acabado la
paciencia. Anhelaba estar dentro de MinHo, tener el cuerpo de su pareja
envuelto alrededor de su polla. Tenía que tener a MinHo, ahora. Desesperadamente,
busco con la ropa de su pareja. La parte racional de su mente le impidió
romperla, ya que sabía que no tendrían un cambio de vestuario durante bastante
tiempo. Se desnudaron lo más rápido que pudieron y pusieron su ropa en una
pila, formando una improvisada cama. Cuando terminaron, se acostaron juntos,
con MinHo debajo de ChangMin. Las manos de ChangMin viajaron sobre la extensión
de la piel desnuda de MinHo, explorando todo lo que se había perdido a lo largo
de los últimos dos años. Los pezones de MinHo se animaron cuando ChangMin pasó
los dedos por encima de ellos. Su compañero se quedó sin aliento, un sonido
hermoso, necesitado que hizo que la polla de ChangMin palpitara. Salpico el
rostro de MinHo con besos, y luego avanzo abajo por el cuello de MinHo,
mordisqueando la dulce piel. No mordió, no todavía. La mordedura anularía su relación
ya tensa con Roxanne, y no la quería ahí, entre ellos, mientras que hacia el
amor a MinHo. Pero quería dar placer a su pareja un poco más en primer lugar, y
tenía que pedir permiso antes de que fuera junto con él. MinHo parecía haber
comprendido la situación, pero eso no significaba que inmediatamente estuviera
de acuerdo con la unión. MinHo, sin embargo, debía haber imaginado o intuido su
duda.
-Quiero que me reclames otra vez, -dijo, jadeando- Te quiero
de vuelta.
ChangMin lamió el pecho de MinHo, deteniéndose cuando llego
a los pezones de su pareja. Sorbió los brotes de carne, encantado con la manera
en que MinHo se arqueaba contra él. Acaricio los costados de su pareja, la
suave seda que había echado mucho de menos. MinHo abrió las piernas, dando a
ChangMin acceso a sus genitales.
ChangMin tomo a MinHo en su oferta en silencio y alcanzo
entre sus cuerpos. En primer lugar, envolvió su mano alrededor de la polla de
MinHo, moviéndola hacia arriba y abajo del grueso eje.
La polla de MinHo tembló en su puño. El cordero gimió, su
voz una áspera suplica.
-Oh, Dios. ChangMin. Tócame. Te necesito.
ChangMin brevemente abandono los pezones de MinHo y continúo
presionando besos en el pecho y el abdomen de MinHo. Mientras viajaba más
abajo, se detuvo de empuñar la polla de MinHo, eligiendo provocar la entrada de
su compañero en su lugar. Froto el precioso agujero escondido entre las
mejillas de MinHo, ya anhelando estar en su interior.
En lugar de simplemente empujar dentro de MinHo, sin
embargo, ChangMin bajo la boca sobre la polla de su compañero. Puso todo lo que
tenía en la succión, sin bromear, solo yendo por el premio que era el placer de
MinHo. MinHo lanzo un grito de euforia, con las manos enredadas en el pelo de
ChangMin, obligando a su boca ir más abajo. ChangMin se rio, la necesidad de
MinHo para el despertando sus instintos más oscuros. Quería nalguear el culo de
MinHo y recordarle quien era el jefe. Pero eso tendría que esperar para en otra
ocasión. ChangMin solo iba con el momento, moviendo su boca arriba y abajo en
la polla de su compañero, a veces girando su lengua alrededor del glande. Al
mismo tiempo, empezó a masajear los testículos de MinHo y continuo provocando
el culo de su amante con un dedo seco. MinHo saltaba contra él, como si se
desgarrara entre las sensaciones. ChangMin no prolongo su tortura durante mucho
más tiempo. Se necesitaba el mismo para llegar al evento principal. Sacando la
boca de la polla de MinHo, ChangMin volvió a su posición anterior sobre el
cuello de MinHo.
-¿MinHo? -preguntó.
Incluso en la oscuridad, ChangMin vio a su compañero
asentir.
-Hazlo. Te dije que lo quiero.
Tal vez la decisión de MinHo podría estar influenciada por
la sexual química entre ellos, pero el lobo de ChangMin le dijo que hacer.
ChangMin empujo su cuerpo cerca, muy cerca. Sus colmillos cayeron, y sin
esperar un segundo más, los hundió en la suave carne del cuello de MinHo. El éxtasis
le recorrió en el momento en que la sangre de su compañero golpeo sus papilas
gustativas. Disparos de electricidad corrían por él y descubrió su punto máximo,
su semen salpicando contra MinHo. Al mismo tiempo, sintió a MinHo correrse también,
la semilla de su pareja mezclándose entre sus cuerpos.
La intensidad de su orgasmo conjunto alejo los lazos que mantenían
a ChangMin atado a Roxanne. La conexión artificial estallo en un millón de
piezas y de inmediato, ChangMin se sintió liberado. Una sensación de completa
felicidad lo lleno cuando su vínculo con su compañero estaba de vuelta en su
lugar. Por unos momentos, ChangMin solo se permitió deleitarse con la renovada conexión
y tras el orgasmo. Estuvo a punto de no poder creer que tenía a su compañero de
vuelta. El vínculo que había anhelado a través de dos años de torturada soledad
volvió.
De repente, la voz de MinHo surgió en su mente.
-¿ChangMin?
Parecía vacilante, casi temerosa, y ChangMin no podía dejar
de besar a MinHo una vez más.
-Estoy aquí, corderito,
-susurro a través de su vínculo.- Nunca
me voy a ir de nuevo.
En su beso, ChangMin saboreo tanto la excitación como la liberación.
Su bestia aullaba dentro de él, una vez más exigente que consumara su unión y
marcara a su compañero como suyo. Incluso si se había corrido hacia unos pocos
segundos, su polla todavía estaba dura como una roca. ChangMin reunió el suyo
con el semen de MinHo y lo utilizo para lubricar su polla. Con el exceso de
semilla, procedió a preparar a MinHo tan a fondo cómo fue posible. Metió un
dedo en el agujero de su compañero, siseando por la tensión que envolvió su
dedo.
-Estaba esperando por ti -MinHo envió a través de su vínculo.
El lobo de ChangMin gruño de satisfacción en la explicación
de MinHo. Sabía que MinHo no se había acostado con otros. Incluso con su enlace
dañado, todavía había sido capaz de sentirlo en cierta medida. Sin embargo, se sentía
bien solo de la boca de su pareja. Suavemente,
ChangMin añadió otro dedo e hizo tijera con los dos deditos en el interior de
su compañero. Sondeo profundamente
dentro de su compañero, buscando el lugar que sabía que iba a hacer que su
pareja volara. Segundos después, sus dedos golpearon la glándula esponjosa y
MinHo grito, el dulce gemido meeh! que ChangMin recordaba tan bien.
-Oh, Dios, ChangMin, -jadeo- Por favor, por favor. Jódeme.
ChangMin añadió otro dedo, sin dejar de preparar el agujero
de MinHo.
-Paciencia, MinHo. Las cosas buenas vienen para aquellos que
esperan.
Pero incluso mientras pronunciaba estas palabras, sabía que
no podía esperar más tiempo. Había estado esperando mucho tiempo ya, y había
llegado a su límite.
Enfocándose para controlar su pasión, ChangMin judía con el
dedo el culo de su compañero, hasta que por fin considero a MinHo tan preparado
como pudo conseguir. Quito los deditos y coloco la polla en la entrada de
MinHo. De un solo golpe, empujo dentro.
Apretado calor lo envolvió en un puño de terciopelo, y se quedó
quieto, apenas logrando no correrse otra vez en el acto. MinHo gimió, su conexión
inundada con sus emociones.
-ChangMin -frenéticamente sollozo- Muévete.
Las palabras de su compañero parecían hacer magia en él.
ChangMin salió de MinHo y empujo hacia adentro, apretando los dientes por el
placer tan intenso que casi cayo en el dolor. Una y otra vez, judía a MinHo, y
su compañero empujo hacia atrás, empalándose a sí mismo en la polla de
ChangMin. Se movieron juntos como si nunca hubieran estado separados, como si
el tiempo no hubiera volado sobre ellos. Nada más importaba excepto este
momento, su reencuentro, y su verdadero vínculo. ¿A quién le importaba que
fueran cordero y lobo? Por supuesto que no a ChangMin. Se necesitaría más que
eso para separarlos en este momento. Había aprendido su lección. MinHo le pertenecía,
y ChangMin nunca dejaría que su cordero se fuera de nuevo. Una mezcla de
emociones se arremolinaba dentro de él cuándo el olor del sexo y sudor
asaltaron su olfato. Había tantas cosas que quería decir, tantas explicaciones
y disculpas, y ChangMin trato de decirle a su compañero todo a través de su
alma y su cuerpo. Su conexión zumbaba con sensaciones y sentimientos. Los ojos
de MinHo se llenaron de lágrimas, y la vista de aquello, y el conocimiento de
que su compañero realmente entendía le dejo a ChangMin asombrado y humillado. Pero
en el fondo, era un lobo, no un hombre, y tenía que tranquilizarse a sí mismo
de su vínculo continuo. Empujo dentro y fuera de MinHo, nunca disminuyendo,
cada momento aumentar tanto su deseo como la necesidad de correrse. MinHo se
hizo eco de los gritos a su alrededor, hermosos y puros como el hombre mismo, y
la mente de ChangMin giraba mientras sus sentidos estaban asaltados por todos
los lados. La vista, el tacto, el oído, el olfato, gusto, y mucho más,
mezclados en un cóctel que puso a ChangMin borracho, no, drogado. Ni siquiera
en sus peores momentos en los que había tratado de beber bajo la mesa para
olvidar tenía la mente tan nublada. Esta vez, sin embargo, fue por placer, no
por dolor, y ChangMin abrazo el nirvana, abriéndose a MinHo y a la belleza de
su vínculo. Pronto, sus bolas comenzaron a dolerle con la necesidad de
correrse, y su orgasmo amenazaba con tomar el control de nuevo. Pero no quería
el clímax antes que MinHo. Ansiaba sentir a su compañero correrse en torno a su
polla, y ver el éxtasis pintado en el rostro de MinHo. Incrementando el ritmo,
siempre apunto a la próstata de MinHo. Bajando su cuerpo sobre el de MinHo, apretó
sus labios una vez más. Cuando se rompió el beso, susurro al oído de MinHo.
-Vente por mí, corderito.
Al instante, el cuerpo de MinHo se puso tenso y con un grito
ahogado, su compañero encontró su liberación por segunda vez. La sensación del clímax
de MinHo fue incluso más increíble de lo que ChangMin recordaba. Enterrándose a
sí mismo una última vez en el interior de MinHo, inundo el pasaje de su
compañero con su semen. Agotado, se derrumbó encima de MinHo, de alguna manera
recordando rodar fuera de su pareja para no aplastarlo. MinHo se acurruco a su
lado, suspirando de alegría.
-Te amo, ChangMin -dijo el cordero.
ChangMin se congelo. En su corto tiempo junto, las palabras
de amor nunca habían sido habladas. ChangMin había estado demasiado ocupado preocupándose
por encontrar a su pareja, y luego en proteger al hombre del resto de los
lobos. Después de eso, se había separado tan rápido que ni siquiera tuvieron la
oportunidad de conocerse entre sí. Y, sin embargo, el lobo de ChangMin conocía
a MinHo tan bien que rivalizaba con los apareamientos a largo plazo. Contra
todo pronóstico, su vínculo se había mantenido, e incluso si ChangMin no había
podido hablar con MinHo, lo había visto en el corazón de MinHo. Desde su punto
de vista, sus almas eran una. Sonriendo para sí mismo, ChangMin respondió.
-Te amo también, corderito. -Las palabras salieron con una
facilidad sorprendente, e incluso en la oscuridad del pozo, ChangMin se sentía más
feliz de lo que había sido en años.
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Cuando leí esta parte fui feliz!! Q7Q ~ y es que nuestro sexy lobo y adorable corderito se volvieron a juntar ;; espero y esto les alegre~ no falta mucho para el final pero aún faltan algunas cosillas :3
¡Nos vemos en la actu del martes! :D
Porque siento que aun falta una pruebita mas ><
ResponderEliminarSe que su amor es verdadero , mas alla de las differencias que puedan tener ,
demuestrenles a todos que son pareja *O*
gracias x la actu , nos leemos ;D
waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa... se juntaron!!!!! patenles el trasero a esos tipos... ¬.¬ demuestren su amor *^*
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