jueves, enero 16, 2014

El Cordero que gritó Lobo (CMH) - Capítulo 3

Advertencia: Lemon (como si importara xD pero por si acaso~)



Al día siguiente, ChangMin observaba a MinHo cuando su cordero experimentalmente olfateaba una de las velas de incienso. Su pareja dejo escapar un gemido de satisfacción.

-Hmm, esto huele muy bien –viró sus ojos suplicantes a ChangMin- ¿Podemos conseguir esta, también?

ChangMin echó un vistazo al precio y reprimió una mueca de dolor. Para una vela perfumada, la cosa era muy cara. Pero, ¿Cómo podía resistir esos ojos negros? Y lo más importante, quería proporcionar cualquier cosa que MinHo quisiera y necesitara. Algo dentro de él le dijo eso. Su lobo anhelaba cuidar de MinHo, para dar al cordero todo lo que había perdido en la vida. Era sorprendente que su pareja solo acabara de descubrir las velas de incienso. Entonces, allí en Ramston, la vida se había centrado en el cuidado de los corderos más jóvenes y más en la prevención de los ataques de los lobos. ChangMin no podía evitar sentirse un poco culpable por eso, aunque sabía que era la manera en que funcionaban las cosas en su mundo. No se dio cuenta que había estado ignorando a MinHo hasta que los brazos delgados se envolvieron alrededor de su torso.

-¿Estás bien? -susurró su cordero en la mente de ChangMin- Estamos más allá de eso ahora.

 ChangMin sonrió y acarició el cabello suave de MinHo. Era una de las ventajas y desventajas de tener una pareja. Podían oír cada pensamiento del otro y hablar a través de su vínculo telepático. A ChangMin le encantaba, pero también le hubiera gustado mantener algunas de sus preocupaciones para sí mismo, no cargar a MinHo con sus pesadumbres.

-Hey, somos un equipo ahora -dijo MinHo- Tus problemas son míos. Puedo manejarlo.

-Sé que puedes, y confió en ti. Solo quiero protegerte.

Se sacudió y lucho para romper el repentinamente sobre estado de ánimo. Estaban mejor relajándose y simplemente disfrutando de la presencia del otro.

-Podemos conseguir la vela de incienso, si quieres. Lo que quieras, MinHo.

MinHo le abrazó de nuevo y selecciono una de las velas, solo una, y la más barata, señaló ChangMin. MinHo debió haber escuchado las preocupaciones financieras de ChangMin también. Reprendiéndose a si mismo por su estupidez, ChangMin eligió un segundo elemento, el ultimo que MinHo había querido.

-ChangMin, no tienes que... -MinHo intentó decir.

ChangMin le hizo callar con un beso.

-Quiero hacerlo.

Las velas perfumadas no eran un producto inútil. Los olores de la ciudad todavía molestaban a MinHo, incluso dentro de la habitación del hotel. Las ovejas cambia-formas tenían narices muy sensibles y detectaban incluso a los repartidores con varios productos. La política del hotel no tenía nada en contra del uso de velas perfumadas. Ayudó que ChangMin le dio al gerente una generosa propina para mantener su estancia lo más discreta posible.
MinHo suspiro, pero cedió. Era solo una vela, y unos pocos dólares no dañarían demasiado el presupuesto, y había parado en esta tienda para comprar cosas, no para mirar escaparates. Después que ChangMin habló con YunHo, había podido acceder a otras cuentas. ChangMin y MinHo estarían bien.
Durante todo el día, ChangMin había llevado a MinHo alrededor de la ciudad, llevándolo a parques, mostrándole los lugares de interés. ChangMin nunca había disfrutado realmente de la belleza que podía aparecer incluso en una gran metrópoli como Los Ángeles, pero con MinHo a su lado, todo parecía mucho mejor. Pero, por supuesto, una vez que se habían cansado de las giras, habían comenzado a ir de compras, y ChangMin no pudo resistirse a traer a MinHo a esta tienda. Con impaciencia, ChangMin llevó a su pareja desde la parte más neutral del almacén y avanzo hacia las más estrambóticas. Había traído a su pareja aquí sin decirle a MinHo lo que realmente era, una tienda para adultos. El completo edificio parecía bastante inofensivo desde el exterior, y el primer tramo ofrecía cosas sensuales, pero más inocentes que las velas, loción o gel de ducha. Aquí, sin embargo, había toda la variedad de lubricantes, vibradores en diferentes colores y tamaños, bolas anales, y muchos otros tipos de juguetes. ChangMin no quería forzar a su cordero a nada demasiado perverso. Sabía que MinHo era virgen la noche anterior. Lo había sentido y luego lo reconoció a través de su vínculo. Sin embargo, necesitaban un poco de lubricante real. El aceite de oliva funciono, pero lo tenía en todas partes y arruino las sabanas. Fue algo que el gerente del hotel no había apreciado mucho.

-Eh, mi... -dijo MinHo sin aliento. La expresión de su rostro no tenía precio- Esto es... Wow.

A juzgar por el sentimiento distintivo de la excitación proveniente de MinHo, ChangMin supuso que era un buen Wow. Quizás MinHo disfrutaría con algo un poco más salvaje después de todo. Justo cuando ChangMin pensaba esto, un vendedor se acercó a ellos, una amplia sonrisa en su rostro.

-¿Puedo ayudarles en algo caballeros? -preguntó, mirando de reojo a MinHo.

Los pelos del cuello de ChangMin inmediatamente se levantaron cuando el otro hombre amenazó la propiedad de su pareja. Reprimió el impulso de desnudar sus colmillos al estúpido humano y sonrió con fuerza.

-No, eso no será necesario. Estamos bien.

Sabía que había sido incapaz de disimular la hostilidad en su voz cuando MinHo lo miró con curiosidad. Al parecer, el cordero no había estado prestando atención al humano en absoluto, porque de lo contrario, habría sentido la excitación del vendedor. A la muestra de agresión de ChangMin, MinHo se dio cuenta de la situación también. Envolvió su brazo alrededor de la cintura de ChangMin y se apoyó en él, su calor y su olor dulce consolaron a ChangMin.

-Gracias, pero él tiene razón. Podemos manejar las cosas bien.

El vendedor no pareció disuadido en absoluto por su negativa.

-Está bien -respondió- pero si necesitan cualquier cosa, y me refiero a cualquier cosa, solo griten. Mi nombre es HeeChul. Kim HeeChul.

De sus obscenamente ajustados pantalones, el hombre sacó un pedazo de papel y se lo ofreció a MinHo, que se quedó mirándolo.

-En horas fuera de la oficina, también.

Tal vez en un momento diferente, ChangMin podría haber aceptado a HeeChul su ofrecimiento. El joven era sin duda hermoso, alto y esbelto, con un aspecto elegante, casi aristocrático. Por primera vez, ChangMin notó que el chico olía a cambia-formas, algo que quería comer. ¿Cisne? Si, un cisne. Se preguntó si HeeChul se dio cuenta de que estaba jugando con fuego. Por supuesto, ChangMin no tenía intención de hacer nada al respecto. Tenía su pareja, y era el lobo de un cordero. Una fuerte voz masculina sonó antes de que ChangMin pudiera negar a HeeChul de nuevo.

-HeeChul, deja de coquetear con los clientes, y mete tu culo aquí.

HeeChul se rió.

-Oops. Parece que he sido arrestado. Que se diviertan.

Con una última sonrisa, les dio la espalda a ChangMin y a MinHo y se alejó a toda velocidad.

-¿Qué era eso? -pregunto MinHo.

-Un cisne -ChangMin se echó a reír- Un cisne en una sex shop.

-Pensé que tendían a ser tímidos -dijo MinHo, obviamente confundido.

Se guardó el papel ofrecido, pero ChangMin no se molestó en tomarlo de su pareja. Ni MinHo ni ChangMin lo llamarían, y ese papel no sería más que un lindo recuerdo. Cualquiera que fuera la historia de MinHo, no sería trabajo de ChangMin averiguarla. Se volvió hacia su pareja.

-De cualquier manera, creo que estábamos ocupados haciendo otra cosa antes de que fuéramos interrumpidos.

La cara de MinHo se encendió mientras sus ojos pasaron de ChangMin a los juguetes sexuales y de vuelta.

-¿Sabes cómo usar esto? -preguntó en un susurro apenas audible.

-Si -respondió ChangMin a través de su conexión- ¿Te gustaría probar algo?

MinHo asintió tímidamente.

-Podría hacerlo. No estoy seguro de que.

-¿Qué tal si comenzamos lento? -sugirió ChangMin.

-Lento suena bien -contestó MinHo.

ChangMin ocultó una sonrisa. De alguna manera sabía que al final del día, tomarlo con calma sería lo más alejado de sus mentes.

~*~*~*~*~

-Detén ese ascensor -gritó ChangMin al hombre ya en el ascensor.

El desconocido hizo lo que le habían pedido, y ChangMin consiguió colarse en el ascensor justo a tiempo, seguido de su pareja. ChangMin asintió y dio las gracias al hombre. Su cuerpo entero zumbaba con la excitación, sin embargo, quería que el hombre saliera del ascensor ya. Al final resultó que el hombre abandonó el ascensor en la primera planta. ¿Quién jodidos tomaba el ascensor para un tramo de escaleras? Jesucristo. En el momento en que las puertas del ascensor se cerraron, ChangMin alcanzó a MinHo y aplastó sus labios con los de su compañero, dejando caer su bolsa de la compra en el suelo. Por unos momentos, MinHo respondió con entusiasmo, pero luego se separó de ChangMin.

-No podemos, además... La cámara. Van a vernos.

ChangMin maldijo a las estúpidas leyes de exposición indecente y deseaba que no se aplicaran a los cambia-formas. Debía haber algún tipo de norma que señalaba la diferencia entre ellos y los humanos. Los humanos podrían ser capaces de mantenerlo en sus pantalones, pero ChangMin se sentía como si fuera a estallar si no entraba en su pareja en ese mismo momento.

-Solo ven aquí -murmuró, tomando a su pareja en sus brazos- No hay ninguna ley en contra de los besos.

MinHo se rindió y por unos pocos momentos, ChangMin se permitió a si mismo deleitarse con el beso de su pareja. Ahora que su vínculo era completo, podía sentir a MinHo mucho mejor, muy dentro de su corazón. El sexo no era suficiente para reclamar a un compañero, diablos no era siquiera necesario, ya que la mordedura hizo todo el trabajo. Sin embargo, en MinHo, su compañero fiel, eso era diferente. ChangMin necesitaba marcar a MinHo, marcar al cordero como suyo una y otra vez. Le dolía el cuerpo por un renovado acoplamiento, y se frotó contra su pareja, su polla tan dura que dolía. Solo un poco más, solo un poco más y conseguiría lo que quería. Por fin, un más que bienvenido sonido anunció un zumbido de que habían llegado a su parada. ChangMin se separó de MinHo, y tropezó al salir del ascensor. En el último momento, ChangMin recordó recoger sus compras. Sería realmente una lástima que perdiera su bolsa de artículos. ChangMin tenía la intención de darles a todas un buen uso. Arrastró a su compañero hacia su habitación y lo alcanzó en un tiempo record. Fue entonces cuando se dio cuenta que no tenía ni idea de lo que habían hecho con la tarjeta llave. Antes de que pudiera entrar en pánico, MinHo se la ofreció con una mano temblorosa. Respirando con un suspiro de alivio, ChangMin le arrebató la tarjeta y abrió la puerta. Por fin estaban en privado. Tan pronto como ChangMin cerró la puerta, MinHo se abalanzó sobre él en una exhibición inusual de agresión, presionando sus labios. Parecía que su corderito quería esto tanto como ChangMin lo hacía. ChangMin gruñó y se hizo cargo del beso. Usando su cuerpo más grande, se dirigieron hacia la cama, sin soltar a su compañero del agarrón del labio. Dios, MinHo era increíble. ChangMin no podía creer que en tan solo un día, se sintieran tan cerca el uno del otro. Esto solo podría suceder con las parejas predestinadas. Estaba seguro de eso. ChangMin empujó a MinHo sobre el colchón y se aprovechó del leve aturdimiento de su pareja para vaciar la bolsa sobre la cama. Habían terminado de comprar una buena selección de juguetes, que iban desde un anillo de pene hasta bolas anales e incluso esposas y un flogger. Había hecho una mella significativa en el presupuesto de ChangMin, pero al diablo con eso. MinHo se humedeció los labios mientras observaba los artículos de la cama.

-ChangMin...

El sonido de su nombre en los labios de MinHo fue suficiente para romper el remanente de control de ChangMin. Se abalanzó sobre su pareja, al azar rasgándole la ropa recién comprada. MinHo le ayudó a quitarse la suya propia.
La torpeza de la primera vez había desaparecido, reemplazada por una necesidad guiando a sus cuerpos, haciéndoles moverse juntos. No hubo más dudas, no en la mente de ChangMin ni en la de MinHo tampoco. Claro, las cosas no eran perfectas y todavía tenían mucho que aprender el uno acerca del otro, por no mencionar toda la mierda que la manada de ChangMin le daría. Pero esto... Esto era tan bueno, tan cierto. En ese momento, ChangMin podía confiar en que todo iba a estar bien al final. MinHo brevemente rompió el beso y le dio una mirada juguetona.

-Deja de pensar tanto -empujó a ChangMin fuera de él y se sentó a horcajadas encima, a la vez que analizaba los elementos que estaban encima de la cama con lasciva curiosidad- Ahora, enséñame que hacer.

Ceñida excitación creció dentro de ChangMin cuando imágenes de su pareja montando su polla llenaron su cabeza. Sonrió a MinHo.

-Está bien, corderito, pero tienes que hacer exactamente lo que te diga.

MinHo tragó saliva como si acabara de darse cuenta de con quien estaba jugando. Aun así, asintió, y ChangMin no sentía ningún miedo venir de él, solo la ansiedad que había molestado a MinHo como el día anterior también. ChangMin hizo una nota mental para amar a MinHo tan profundamente que su cordero nunca, nunca, pensara que el mismo era inadecuado de nuevo, y cuando su pareja sonrió, sabía que MinHo había escuchado el pensamiento.

-Exactamente como tú me lo dices -repitió MinHo- Entiendo.

ChangMin agarró la colcha con los puños para evitar bajarse de su pareja y solo enterrarse dentro de MinHo. Su urgencia por dominar despertó, más fuerte y más intensa que nunca. A ChangMin siempre le había gustado el juego de bondage y de poder, aunque en su mayoría lo había mantenido en su manada. Algunos habrían visto su sexualidad como un signo de querer ser el Alfa y ChangMin no podía ser molestado con la política, sin mencionar que nunca querría luchar contra su hermano. Pero ahora, quería compartir su deseo con MinHo, y MinHo parecía más que dispuesto a aceptarlo.

-Toma el lubricante -le indicó a MinHo- Abre el tubo.

MinHo hizo lo que le había dicho, aunque ChangMin se dio cuenta de que las manos de su pareja todavía temblaban. Cuando MinHo destapó el tubo, ChangMin continuó hablando.

-Vierte un poco en los dedos. Consigue que estén bien húmedos -MinHo obedeció, vertiendo una cantidad generosa de líquido de la botella y de alguna manera logrando no hacer un lio tampoco.- Ahora llega detrás de ti y los metes en el culo, como yo lo hice ayer.

MinHo abandonó su posición del regazo de ChangMin y se sentó de nuevo. Levantó sus piernas en el aire y expuso su agujero de color rosa a la mirada codiciosa de ChangMin. Dos dedos delgados vacilantes se frotaban alrededor del borde, luego, lentamente, empujaron dentro. ChangMin casi se traga la lengua con la visión. Jesucristo. Su pareja lo iba a matar.

-¿Lo estoy haciendo bien? -jadeó MinHo. Sus ojos se abrieron y dejó escapar un grito. ChangMin se echó a reír cuando se dio cuenta de que su pareja debía haber golpeado la próstata accidentalmente.

-Lo estás haciendo muy bien. Eso sí, no lo apresures.

MinHo gemía y continuaba empujando sus dedos dentro y fuera de su culo. Azotaba la cama, diminutos gemidos que sonaban como si el nombre de ChangMin se escapara de sus labios. A ChangMin le hubiera encantado tomarse su tiempo y observar a MinHo joderse con los dedos, pero por desgracia, no era más que un lobo, y tenía sus límites. Se abalanzó de nuevo, arrebatando a su amante y empujándolo debajo de él una vez más. Su pareja soltó un adorable meeh! de nuevo, pero esta vez, no parecía asustado, solo sorprendido, y tal vez incluso una pizca aliviado. En un instante, ChangMin recupero las esposas y aseguro los brazos de su pareja a la cabecera de la cama. Estaba agradecido por haber tenido la previsión de comprar del tipo con relleno, ya que no quería que MinHo se hiciera daño de ninguna manera. MinHo se arqueo contra él, su cuerpo desnudo ya manchado con la transpiración.

-Por favor, ChangMin. Te necesito ahora.

ChangMin robó un beso de los dulces labios de MinHo, complaciéndose a si mismo solo un poco. Luego recuperó dos de los juguetes que se mostraban más prometedores. Moviéndose más rápido de lo humanamente posible, se fue al baño y limpió los elementos con el esterilizador que también habían comprado. Luego regresó a la habitación, el anillo para el pene y las bolas anales en la mano. MinHo lo miró, sus hermosos ojos negros parecían un mar tormentoso ahora. A toda prisa, ChangMin deslizó el anillo de pene sobre MinHo. Tenía un lejano pensamiento de que tal vez debería haber tenido uno el mismo, pero lo descarto. Aun si se corriera antes de llegar a entrar dentro de MinHo, su tiempo de recuperación le permitiría todavía joder a su pareja. Sería lo mismo para MinHo, pero el anillo de polla en este caso tenía un propósito diferente. La acumulación de placer era tan importante como el momento de acoplamiento. La noche anterior, ChangMin había tomado a MinHo en el calor de su primer apareamiento, pero ahora, quería pasar tantas horas como fuera posible jodiendo al hombre, tocándolo, lamiéndolo, adorando toda esa piel deliciosa. Quería mostrar a MinHo lo hermoso y especial que podría ser entre ellos. Sonriendo a su compañero, tomó las bolas anales y poco a poco las insertó en el pasaje de MinHo una por una. Los gritos de MinHo aumentaron de volumen, animándolo, pero tanto como excitaban a ChangMin, se tomó su tiempo. Por este motivo, añadió más lubricante, solo para asegurarse. Cuando la última bola penetro en el culo de MinHo, ChangMin las movía alrededor, todo el rato masajeando el eje de MinHo con el puño. Pronto, su pareja se volvió salvaje y MinHo sabía que era hora de acoplarse. Pero en primer lugar, quería probar otra cosa, para ver como MinHo tomaba un poco de dolor con el placer. Dejando las cuentas dentro, ChangMin dio la vuelta a su pareja a cuatro patas y golpeó el duro culo de MinHo. La marca de la huella de la mano parecía que hizo a su polla palpitar, más aun cuando MinHo gritó. ChangMin podría haber pensado que MinHo odiaba la nalgada, pero su conexión fue inundada por el éxtasis de MinHo. Gruñendo, ChangMin aplicó dos golpes más, bellamente enrojeciendo el culo de su pareja. No podía soportarlo por mucho más tiempo. Necesitaba estar dentro de MinHo. Dos golpes más tenían a MinHo incoherente, los lindos meeh! apareciendo más y más. Parecía que ocurrían en momentos de extrema emoción. Por fin, ChangMin dejó de tratar de resistir el atractivo de su pareja. Sacó las bolas anales y luego colocó su polla en el agujero de MinHo. Con un solo golpe, se deslizó dentro de su meta. MinHo estaba caliente y apretado, y su cuerpo dio la bienvenida a ChangMin justo como sabía que lo haría. Gimió, empujando dentro y fuera del pasaje, siempre apuntando a la próstata de su compañero. MinHo empujó hacia atrás, aparentemente anhelando esto tanto como ChangMin lo hacía. Carnal felicidad se mezcló con la satisfacción emocional cuando sus cuerpos se corrieron juntos. El lobo de ChangMin aulló de satisfacción mientras tomaba a su pareja y sentía el placer de MinHo. Sus orígenes puede que fueran de depredador y presa, pero ya no tenía ningún sentido. Encajaban bien. Eran pareja, y era lo único que importaba. Los colmillos de ChangMin cayeron, y sin vacilar, bajó su cuerpo sobre el de MinHo. Sintiendo la necesidad de ChangMin, su pareja le ofreció su garganta. ChangMin hundió sus colmillos en la deliciosa carne. En el momento en que la sangre de MinHo invadió su boca, estrellas estallaron en su visión. Su conexión chisporroteaba con el éxtasis y ChangMin encontró su clímax, enviando su semilla profundamente dentro de MinHo. En el último momento, se acordó de quitar el anillo de la polla de MinHo, y en cuestión de segundos, su cordero culmino también. El culo de MinHo apretó alrededor de la polla de ChangMin, exprimiendo cada gota de su semen. Sus orgasmos parecían entrelazados y seguían y seguían, hasta que ChangMin pensó que iba a morir de tanto placer. No sabía cuánto tiempo había pasado cuando finalmente llegó a estar inconsciente por derrumbarse encima de MinHo. Salió de su compañero, con cuidado de no aplastar al hombre más pequeño debajo de su masa.

-Eso fue increíble -MinHo exhaló.

ChangMin apretó a su compañero contra su pecho.

-No has visto nada todavía.


Su mirada cayó hacia la ventana, y vagamente registró el camino de los últimos rayos del sol que se metían en la habitación. Mañana, tendría que reunirse con YunHo. Mañana, el y MinHo tendrían que volver al mundo real. Pero, por ahora, solo podían disfrutar de la presencia el uno del otro y el amor simplemente. ChangMin se preocuparía por el resto después.



2 comentarios:

  1. *O* me encanto
    la verdad es que la forma en que min se preocupa
    x su lindo corderito es tan linda ♥
    Cuando no heechul de coqueto :P

    Por cierto min corrompiendo a minho desde
    tiempos inmemorables jajaj claro q minho no se queja ><

    gracias x la actu y esperare x el sgte nos leemos :3

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    1. Min es tan sobreprotector, lo amo por eso y muchas cosas mas ;;!!
      Hahaha ese Heechul, aparece poco, pero ya tendra su propia historia~

      Gracias por leer! :D

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