domingo, mayo 17, 2015

El Amor que Atesoro (YJ) - Capítulo 6

Cuando YunHo atravesó las puertas de su casa, todos se volvieron para mirarlo.

— ¡JinKi!—, gritó. — ¡Ven aquí!

El beta salió de la sala de estar, llevando un portapapeles y con un aspecto muy molesto.

—Hola, Alfa—, dijo.

—JinKi, ¿qué ha pasado aquí? ¿Por qué esos hombres estaban en mi casa? ¿Cómo surgió el fuego para empezar?


En el momento en que había llegado hasta ahí, el fuego en los terrenos de la manada había sido extinguido, sin hacer un daño significativo a la comunidad. YunHo no había tenido tiempo de examinar la zona, pero parecía bastante claro para él que la causa fue provocada. Debía haber sido un plan para sacar deliberadamente a los guardias lejos de la mansión del lobo. Pero ¿por qué? ¿Quién atacaría a YoonHee y por qué razón?

Su beta suspiró.

—El fuego comenzó en la parte baja del bosque, junto al antiguo molino. Nadie vio nada ni a nadie sospechoso, pero como ya sabes, no son muchos los que frecuenten esa zona. Nuestras primeras investigaciones detectaron el uso de sustancias inflamables. Alguien provocó ese fuego.

YunHo asintió, sorprendido.

—Adelante.

—En cuanto a los hombres, que parecían haber entrado por la parte posterior de la propiedad. Encontramos huellas de un vehículo estacionado ahí. Estamos tan seguros ya de cómo entraron en la casa, pero sabían lo que estaban haciendo.

— ¿YoonHee?

—Recibió varias heridas de bala, de plata. Había varias piezas de madera incrustadas en su cuerpo, posiblemente de la caída. — JinKi hizo una pausa. —Sobre eso, encontramos…

—Sé lo que encontraste—, interrumpió YunHo a JinKi y dio una respiración profunda. — ¿Dónde está el arma?

—Lo enviamos a los laboratorios para su análisis, junto con fibra y muestras de sangre.

YunHo sabía que algunas de esas muestras de sangre habían sido de JaeJoong. Luchó por controlar su ira, su razón le decía que JinKi actuó según el procedimiento. Aun así, el lobo interior quería sacudir al hombre por ser tan tonto como para dudar incluso de JaeJoong.

Al darse cuenta de que estaba a pocos minutos de hacer algo que lamentaría, YunHo volvió la espalda a JinKi.

—Voy a subir a ver a mi compañero y mis cachorros. SiWon debería estar aquí en cualquier momento. Hazme saber cuándo llegue.

JinKi murmuró en acuerdo cuando YunHo se dirigió hacia la escalera. El olor de la sangre aún permanecía en el aire, lo que hacía que enfermara su estómago. El área entera olía a muerte, e incluso si el cuerpo de YoonHee ya no estaba ahí, YunHo casi podía ver a través de las huellas que habían quedado atrás. Se puso peor cuando llegó a la primera planta de la casa. Ahí podía sentir la sangre de JaeJoong, también, mezclándose con su miedo abyecto y confusión de los cachorros.

Se centró en el conocimiento de que JaeJoong y los cachorros estaban bien. Tan pronto como llegó a la habitación, se dio cuenta de los guardias de pie a la puerta.

—Buen trabajo, hombres—, dijo. —Gracias por proteger a mi compañero.

—Sí, Alfa—, dijo uno de ellos. Se miraron incómodos y YunHo sabía que su presencia ahí no se debía estrictamente a la protección de JaeJoong.

Apretando los dientes, YunHo entró en la habitación y cerró la puerta detrás de él. Encontró a JaeJoong en la cama con los cachorros, por lo inmóvil casi parecía dormido. Estaba desnudo, y la sangre de YunHo hervía de furia al darse cuenta de que nadie se había molestado en traer a su compañero algo de ropa.

YunHo se sentó en el borde de la cama y llevó la mano al hombro de JaeJoong. Sabía que no podía creer que su compañero estuviera verdaderamente dormido. Los cachorros estaban, de hecho, profundamente dormidos, con gran alivio de YunHo, pero no tanto con JaeJoong.

— ¿Por qué alguien haría algo así?—, preguntó JaeJoong en una voz hueca. — ¿Por qué querrían haberle hecho daño?

—Me gustaría saber, bebé—, respondió YunHo. YoonHee había significado tanto para él también. Dios, no podía creer que ella se hubiera ido. Pero había visto el momento de su muerte en la mente de JaeJoong. El vínculo de su compañero no funcionaba como una corriente continua de imágenes o pensamientos, pero en momentos de emociones intensas, a veces sucedía que los dos compañeros podían ver las mismas cosas. YunHo casi deseaba que no hubiera sido el caso esta vez. El recuerdo estaría marcado para siempre en su mente, incluso si no le pertenecía.

—Llamé a SiWon y HeeChul. Vendrán también —, le dijo a su pareja.

—Dios. — Sollozó JaeJoong. Se volvió hacia YunHo, con lágrimas abajo por la cara. —Ellos me odian, también. Decepcioné a todos. No pude ayudarla.

—Oh, Jae. — YunHo abrazó fuertemente a su compañero. Habría querido decir que nadie culpaba a JaeJoong, pero no era cierto. Aun así, YunHo haría que todos vieran la verdad. No consentiría que su compañero recibiera tal tratamiento.

Sus cachorros debían haber sentido su presencia, ya que se despertaron y comenzaron a exigir atención. YunHo se separó de su pareja y abrazó a sus hijos. La gratitud y el amor lo inundaron mientras jugaba con ellos. Había estado tan cerca de perder a los trillizos también. Si no fuera por JaeJoong, seguramente habrían sido asesinados.

—Gracias, Jae, — dijo. —Muchas gracias por haberlos salvado.

JaeJoong se echó a llorar con más fuerza, y los cachorros pasaron su atención a YunHo en el fin de consolar al otro hombre. Se subieron encima de él, lamiendo su cara. Poco a poco, su calmante influencia hizo que YunHo no supiera qué hacer, y el llanto de JaeJoong disminuyó.

Sin decir palabra, YunHo se quitó la ropa y cambió en su forma de lobo. Su compañero hizo lo mismo, y junto con los cachorros, se acurrucaron juntos en un gran montón de pelaje. A pesar de la tragedia, YunHo se sintió confortado por la forma en que sus hijos aceptaron sin dudarlo a JaeJoong.

No sabía cuánto tiempo se quedaron ahí juntos. En un momento dado, los cachorros se durmieron de nuevo, retorciéndose en su letargo, mientras soñaban cosas, sin duda, demasiado horrible para que sus mentes jóvenes procesaran. YunHo sólo estaba agradecido que no hubieran visto el final horrible de su madre.

Después de un rato, JaeJoong cayó en un sueño también, y YunHo saltó fuera de la cama. Le hubiera gustado quedarse con su compañero, pero sus deberes como Alfa lo llamaban. Tenía que hacerse cargo de los trámites funerarios para YoonHee y descubrir quién pudo haber hecho esto.

Cambió de nuevo a su forma de piernas y se puso su ropa. Después de frotar un beso en la frente de su compañero, salió de la habitación. Brevemente se detuvo frente a la puerta y miró a los guardias.

—Quiero que sean entregados ropa y alimentos aquí, y si mi pareja quiere salir, no será detenido. No quiero que traten a JaeJoong como un criminal en su propia casa.

Uno de los hombres abrió la boca, obviamente con la intención de protestar, pero YunHo le gruñó. El lobo pensó mejor su plan original y asintió.

—Sí, Alfa. De inmediato.

YunHo giró sobre sus talones y se dirigió hacia las escaleras. JinKi lo interceptó justo cuando estaba a punto de salir a la calle.

—Alfa, SiWon está aquí.

YunHo se obligó a mantener la calma. No tenía ganas de esta reunión. SiWon era su amigo, pero era el hermano de YoonHee. YunHo sabía que SiWon nunca estuvo bastante de acuerdo con la decisión de YoonHee de ser la madre de los niños de YunHo. Tal vez el otro lobo le echaría la culpa a YunHo por su muerte, o peor aún, culparía a JaeJoong. YunHo admitió que tuvo su propia cuota de culpa, pero no permitiría que SiWon hiciera daño a JaeJoong.

SiWon entró en la sala de estar, y YunHo se reunió con él hasta la mitad. La sombría expresión de SiWon no parecía muy alentadora, pero HeeChul siguió detrás del otro lobo. Tal vez el cisne podría ayudar un poco con el temperamento de SiWon.

YunHo abrió la boca para saludar a su amigo, pero nunca tuvo la oportunidad. SiWon le dirigió un puñetazo a él, gruñendo furiosamente. YunHo probablemente pudo haberse agachado, pero se puso de pie y lo tomó, a sabiendas de que SiWon necesitaba el violento alivio.

—Se suponía que la protegerías—, gritó SiWon. —Tenías que cuidar de ella, y ahora está muerta.

YunHo esperó mientras su amigo despotricaba, hasta que se hartó. Alzó la mano y se limitó a decir — Basta. Entiendo tu dolor, pero esto no ayudará. Estás en mi casa, y lo respetarás.

Odiaba ordenar a SiWon así, sobre todo ahora, pero no podía permitir que el otro lobo socavara su autoridad, no con su manada ya en crisis. SiWon parecía querer decir algo más, pero HeeChul le puso una mano en el hombro. SiWon tomó una respiración profunda y se calmó.

—Alfa, lo siento por tu pérdida—, dijo HeeChul formalmente.

—Gracias, HeeChul, — contestó YunHo. — ¿Vinieron ChangMin y MinHo?

—MinHo se quedó para cuidar a los niños, pero ChangMin debería estar aquí en cualquier momento ahora —, respondió el cisne.

Como si fuera convocado por las palabras de HeeChul, ChangMin entró en la habitación. Ver a su hermano aquí una vez más le dio a YunHo una sensación surrealista.

—Hey, YunHo, — saludó. — ¿Cómo está JaeJoong? ¿Los cachorros?

YunHo ofreció a su hermano una sonrisa que no sentía. —Gracias a Dios, que están bien. JaeJoong todavía está temblando pero recuperándose. Síganme. Tenemos que hablar.

YunHo llevó a los dos lobos y al cisne a su despacho de la planta baja. Todavía había muchos guardias alrededor, y YunHo los hizo salir con un gesto de la mano. Finalmente, se quedaron solos. YunHo se sentó en un sillón e hizo un gesto a sus invitados para que se sentaran también.

A medida que obedecieron en silencio, YunHo comenzó a hablar.

—En primer lugar, siento por esto, SiWon. Si hubiera sabido que esto iba a pasar, yo nunca habría salido de casa.

Sus encuentros con su padre habían tomado mucho más tiempo de lo que había esperado, con ellos necesitando negociar una nueva política para sus relaciones con otras naciones. Por desgracia, su ausencia había permitido a sus enemigos atacar. YunHo no sabía si alguna vez sería capaz de perdonarse a sí mismo por esto.

SiWon asintió con la cabeza y apretó la mano de su compañero. Después de unos segundos, dijo— Ya lo sé. Sé que te preocupabas por ella. ¿Sabemos quién podría haberlo hecho?

YunHo decidió dar un paso decisivo.

—Por lo que JaeJoong vio, cinco hombres estaban involucrados. JinKi descubrió huellas de su coche detrás de la mansión. Pero a pesar de eso, la manada está culpando a JaeJoong.

SiWon se quedó boquiabierto.

— ¿JaeJoong? Pero... ¿cómo? ¿Por qué?

YunHo encontró la reacción alentadora.

—JaeJoong sacó su pistola para combatir a los intrusos. Fue encontrada, y es bastante incriminatoria, dado que YoonHee fue tiroteada. El laboratorio está todavía estudiando la evidencia. Por supuesto puedo decirte lo que sentí a través de JaeJoong. —Se inclinó contra sillón, de pronto agotado. —Depende de si eliges creerme o no.

SiWon no dijo nada, así que YunHo procedió a explicar todo lo que había sentido venir de su compañero, la ansiedad de JaeJoong, su viaje a ver a su médico, el fuego, al regresar a la casa y encontrar a los hombres extraños ahí. Aunque YunHo no había estado realmente ahí, su vínculo permitió que supiera todo lo que había sucedido en la casa.

Cuando terminó, ChangMin y HeeChul parecían claramente preocupados, y SiWon aún más.

— ¿Puedo preguntar por qué JaeJoong sobrevivió cuando YoonHee no lo hizo? —, preguntó SiWon.

—SiWon—, mordió HeeChul, —no puedes creer que Jae hizo daño a tu hermana.

La pareja compartió una mirada, y no hacía falta ser un genio para darse cuenta de que se comunicaban telepáticamente. YunHo estaba preocupado por ellos. Si SiWon dudaba de la inocencia de JaeJoong, su relación con su compañero sería muy tensa.

Afortunadamente, HeeChul pareció darse cuenta de lo difícil que toda la situación era para SiWon. Envolvió sus brazos alrededor del lobo y lo abrazó. YunHo asintió con la cabeza a ChangMin e hizo un gesto para que se fueran de la oficina. Los dos necesitaban un momento a solas.

Al cerrar la puerta de la oficina, YunHo suspiró profundamente.

—Dios, qué desastre.

—Odio decirlo, pero él tiene razón. — ChangMin dio a YunHo una seria mirada. — ¿Cómo es que JaeJoong vivió para contar incluso la historia, y mucho menos salvar a los cachorros? —Cuando YunHo miró, levantó las manos a ChangMin. —No me mires airadamente. Sé que JaeJoong no ha hecho nada. Es simplemente extraño.

YunHo tuvo que admitir que él sentía lo mismo. Por mucho que admirara su compañero, se dio cuenta de que cinco tipos con armas fácilmente podrían haber eliminado a JaeJoong, si habían matado a YoonHee. Y esta era sólo una de las razones de las sospechas sobre JaeJoong. Para un extraño, YoonHee podría haber parecido un obstáculo en el camino de JaeJoong. YunHo sabía que los dos habían sido grandes amigos, pero otros podrían haber pensado que su relación educada era sólo una máscara.

Mientras pensaba esto, la voz de JaeJoong se desvió en su mente.

YunHo, ¿podrías pedirles que vengan a verme? —Parecía cansado, triste y avergonzado. —Necesito una palabra.

— ¿Estás seguro, bebé? no quiero que te esfuerces más.

Estoy seguro. — La risa amarga flotaba sobre su conexión. —Mi cansancio no importa, YunHo. Voy a estar bien, lo prometo.

YunHo suspiró mentalmente, pero no cuestionó a su compañero.

Está bien, Jae. Voy a hablar con ellos ahora. —Dirigió su atención a ChangMin. —Vamos a ir a ver a mi pareja. Estoy seguro de que tiene las respuestas a sus preguntas.

YunHo llamó a la puerta de la oficina. Unos momentos más tarde, un HeeChul con los ojos enrojecidos la abrió y le dio una sonrisa trémula.

—Hey.

—Hey. Jae quiere hablar con ustedes, si están dispuestos.

SiWon apareció por detrás de HeeChul y asintió.

—Sí, eso es una buena idea.

Parecía más tranquilo ahora, así que YunHo no se sentía tan inquieto como lo hacía antes. Condujo a sus compañeros por la escalera y hacia la habitación de invitados, sintiéndose agradecido de que no se vieran obligados a pasar por la guardería en el camino. SiWon no podría haber pasado por alto el lugar donde el cuerpo de YoonHee había estado, pero por lo menos no se vieron obligados a ir por el área donde ella había muerto. Llegaron a la habitación en silencio. JaeJoong estaba esperando en la puerta. En un momento dado, había sido provisto de ropa, pero aun así parecía ansioso como siempre. YunHo no pudo dejar de presionar un beso en la mejilla de JaeJoong.

— ¿Te encuentras bien?

JaeJoong le ofreció una débil sonrisa.

—Mucho mejor ahora. — Se volvió hacia los otros. —Hola. Es un gran placer verlos a todos, incluso si las circunstancias dejan mucho que desear. Por favor, adelante.

YunHo se dio cuenta de que su compañero se retiraba detrás de su máscara de formalidad de nuevo, pero no podía hacer nada al respecto en estos momentos. Enganchó su brazo junto con JaeJoong y entró en la habitación. Sus amigos siguieron, mientras que YunHo dejó brevemente el lado de su compañero para comprobar sus cachorros. Estaba feliz de ver que estuvieran durmiendo con seguridad una vez más.

HeeChul abrazó a su amigo, y JaeJoong le permitió un breve momento. Después de eso, se separó de HeeChul y empezó a hablar.

Contó la misma historia que YunHo había experimentado, pero con más detalle de lo que había alguna vez recordado. Finalmente, llegó a tal punto que les molestaba a todos.

—El hombre dijo que su jefe les prohibió hacerme daño. No puedo imaginar por qué, sin embargo. —JaeJoong se mordió el labio, pareciendo cada vez más ansioso. —Supongo... supongo que debe significar que estos intrusos fueron contratados por alguien que me conoce.

—Y se preocupa por ti—, agregó ChangMin.

La mirada de JaeJoong se disparó hacia ChangMin. Sus hombros se hundieron cuando asintió con la cabeza.
—Y se preocupa por mí—, repitió.

— ¿Quién más sabía que se suponía que estuvieras lejos?—, preguntó HeeChul en voz baja. —Mi conjetura es que la persona en cuestión debe haber programado el ataque de modo que tú no estarías aquí cuando sucediera.
Ese fue un buen punto.

—Bueno, mi familia, mi médico, y algunos de los guardias aquí, supongo. YoonHee, YunHo. No era exactamente un secreto.

—No podría haber sido un lobo—, dijo ChangMin decididamente. — ¿Piensas que tus padres le dijeron a alguien?

—Yo-yo no lo sé. — Tartamudeó JaeJoong. Sus ojos se abrieron. —Ni siquiera les llamé para hacerles saber acerca de todo esto.

YunHo considerado la respuesta de su compañero. Odiaba lo que estaba a punto de decir, pero sabía que no tenía otra opción.

—Bueno, no. Estoy de acuerdo con ChangMin. Siempre existe la posibilidad de que un lobo podría haber tratado de hacer daño a YoonHee sólo para hacer que pareciera que lo hiciste tú. En ese caso, sin embargo, no habrían ido en contra de los cachorros. Probablemente no habrían dirigido a aquellos hombres para perdonarte la vida, tampoco. Tiene que ser alguien conectado a ti personalmente. Por el momento, tenemos que mantenerlos desinformados.

El dolor que corría por JaeJoong aplastaba a YunHo. Su compañero tenía una relación muy estrecha con el resto de la familia Kim, y esto sería muy duro para él. No podía evitarlo.

Miró hacia SiWon, que había guardado silencio hasta ahora. El lobo dio un paso adelante hacia JaeJoong. Para sorpresa de YunHo, SiWon abrazó a JaeJoong fuerte.

—Gracias por salvar a los cachorros—, susurró en una voz apenas audible. —Sabes, ella realmente se preocupaba por ti.

El dolor que pasaba a través de la conexión de YunHo con JaeJoong disminuyó.

—Mira, bebé, no te culpo—, dijo YunHo su compañero. —No es tu culpa.

Por desgracia, la ardilla no parecía creerle. A medida que la adrenalina del día comenzó a desvanecerse, un dolor diferente inundó su vínculo, esta vez uno físico. YunHo empujó a SiWon lejos y tomó la mano de JaeJoong.

—Cariño, ¿qué pasa?

Su compañero estaba pálido y tenía dificultades claras para respirar.

—Nada. — Jadeaba, con una mano aferrada a su pecho. —Voy a estar bien.

YunHo recordó lo que su compañero había confesado hacía un tiempo, después de su ataque de celos. JaeJoong debió haber subestimado la gravedad de su condición, tal vez incluso a propósito. Por otra parte, después de lo que había pasado antes, YunHo no podía culpar a la ardilla por el ataque de pánico.

—Quédate ahí—, dijo a los otros. —Dale espacio.

Suavemente, puso a JaeJoong en la cama. Agitados de su sueño, los cachorros se despertaron, ahora pareciendo ansiosos también. SiWon los quitó, evitando que su presencia agitara a JaeJoong más. JaeJoong negó con la cabeza.

—Déjalos aquí. Pobrecitos han pasado por suficiente hoy.

HeeChul apareció con un vaso de agua y se lo entregó a YunHo. Con la máxima suavidad que pudo reunir, YunHo ofreció el líquido a su compañero. JaeJoong intentó agarrar sus pastillas, gracias a los lobos que sin saberlo, le habían traído un abrigo con un bote de la medicina. Tomó una dosis en la boca y tomó el vaso de YunHo. Cuando JaeJoong bebió y se tragó las pastillas, el dolor ahogado comenzó a disminuir.

Acabó el agua y miró a sus amigos estupefactos.

—Lo siento. Es sólo mi pequeña condición molestándome.

— ¿Pequeña condición?— Repitió HeeChul con incredulidad. —Pensé que tus visitas al médico eran sólo chequeos de rutina. Dios, Jae.


YunHo no podría haberlo dicho mejor. Sin embargo, su compañero parecía cansado, por lo que no hizo más comentarios. Por Jae, por sus cachorros, y por YoonHee, se comprometió a llegar al fondo de esto y encontrar a la persona culpable de esta tragedia.


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CONTINUARÁ!

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