martes, enero 27, 2015

El Amor que Atesoro (YJ) - Capítulo 3

Dos meses más tarde...

De: elcorderodeChangMin@yahoo.com
A: odiolamantequillademaní@gmail.com,
lasarmassongeniales@rocketmail.com

Asunto: Aniversario - ¿puedes venir?

Hola chicos.
Como probablemente recordaran, el cumpleaños de SungMin se acerca, y también, este período marca los ocho meses desde que lo acogimos junto con KyuHyun. ChangMin y yo estábamos pensando en invitarlos a todos aquí para una pequeña fiesta, para celebrarlos. No estoy seguro de que no será un fiasco, si les digo la verdad, pero alguien tiene que dar el primer paso. Quiero que SungMin y KyuHyun crezcan cerca de personas que se aman, y son demasiado inteligentes para no ver la tensión entre nuestras familias.
ChangMin va a invitar a su familia, y conseguí que mi madre viniera. Sigue teniendo problemas para superar lo que pasó con mi hermano, pero está tratando. HeeChul también invitó a sus amigos, y sé que por lo menos están emocionados. Parece que aman al pequeño TaeMin Así que, básicamente, la lista provisional de invitados hasta ahora es el Lobo Anciano, el hermano de ChangMin, mi madre, la hermana de SiWon, los padres de HeeChul, y por supuesto, ustedes chicos.
Entonces, ¿qué me dicen? ¿Están preparados para esto? Realmente aprecio la ayuda.

Su amigo,
MinHo

PD. Perdón por el teléfono. Parece que por alguna razón, KyuHyun se enojó con él. Aún estamos tratando de reemplazarlo.

JaeJoong tarareó pensativamente mientras releía a través del e-mail de su amigo el cordero. Se preocupaba tanto por SungMin y KyuHyun, y ver a HeeChul sería un lujo. El cisne se había mudado a una casa nueva en la tierra de MinHo y ChangMin. JaeJoong reconoció que se sentía un poco solo en estos días. Todavía tenía a JunSu, gracias a Dios, y tenía a Kim KiBum por ahí alrededor.
Por supuesto, el verdadero problema era la ausencia de YunHo. A juzgar por los e-mails de MinHo, YunHo también estaría ahí, así como YoonHee. Desde su encuentro, JaeJoong constantemente mandaba correos electrónicos a ambos lobos. Había entablado una gran amistad con YoonHee, algo que no esperaba en absoluto la primera vez que había oído hablar de ella. Era una buena persona, y JaeJoong se sentía realmente contento de que ella fuera la que estuviera embarazada de los niños de YunHo.
Por supuesto, un grado de malestar aún existía cuando pensaba sobre eso. YunHo había venido a visitarlo varias veces, e incluso se habían ido juntos cuando había llegado el momento de que YoonHee pasara por eso. Habían decidido de común acuerdo llevarlo a cabo por inseminación artificial. YoonHee era increíble, con todo el asunto. Ella había confesado a JaeJoong que se sentía honrada por la confianza que YunHo y JaeJoong habían depositado en ella. Pero aún así, la incertidumbre se mantuvo. ¿Qué pensaría y haría una vez que los niños hubieran nacido?
Incluso si ahora reclamaba que los entregaría a YunHo, JaeJoong de alguna manera dudaba de que eso sucediera. Ella siempre sería su madre, mientras que JaeJoong no era ni siquiera de su especie.
JaeJoong se frotó el pecho contra el dolor que apareció ahí. Había pensado que había superado su pequeño problema, pero al parecer no. Toda la emoción trajo sus dolores pasados a la vanguardia. No se atrevió a compartirlo con YunHo, ya que el lobo ya tenía demasiadas cosas en su plato. Sin embargo, sabía que mejor era creer que YunHo no se daría cuenta una vez que estuvieran juntos durante un período prolongado de tiempo.
Cuando era niño, JaeJoong había desarrollado una cepa particular de viruela de las ardillas. En un extraño desarrollo, había sobrevivido, pero la mayoría de la gente de su comunidad todavía creía que llevaba el virus latente. A JaeJoong le había dejado con un corazón débil y, literalmente, exiliado lejos de todos los demás, excepto de su familia.
Sin embargo, el rechazo lo había herido, al igual que lo hizo la insistencia de sus padres y de sus hermanos por mantenerlo oculto de otras ardillas. Una parte de JaeJoong no podía dejar de preguntarse si no estaba cometiendo un error al permitir que YunHo se acercara. Frío pánico corría por él en la comprensión de que, en caso de que efectivamente fuera portador del virus, podría herir a su compañero o a los niños de su compañero.
JaeJoong se elevó de repente, maldiciéndose a sí mismo por no haber pensado en esto antes. A lo largo de su búsqueda para ayudar a HeeChul, su corazón no le había dado ningún problema. Se obligó a respirar. Debe ser sólo la emoción. El médico de la familia, Kim Hyun Joong le dijo muchas veces que el virus había desaparecido de su circulación sanguínea y cualquier problema de salud que apareciera en su mayoría se derivaba de un problema psicológico.
Sin embargo, eso no significaba que pudiera correr cualquier riesgo. Recuperó su teléfono móvil y marcó el número privado del médico. El hombre era un amigo de la familia, por lo que no tenía que ir a través de los canales regulares para recibir asistencia médica.

—Hola, JaeJoong,— El Dr. Kim lo saludó momentos después. —¿Cómo estás? ¿Todo bien? ¿Tus padres?

El hombre habría seguido divagando -era, después de todo, una ardilla,- pero JaeJoong lo detuvo.

—En realidad, mi corazón ha estado dándome algún problema. Estoy preocupado, Dr. Kim. ¿Hay alguna posibilidad de que la enfermedad pudiera regresar?

Durante unos segundos, el otro hombre no habló. Cuando contestó, su tono era serio pero cálido.

—No, JaeJoong, pero podría ser mejor si hacemos algunas pruebas, de todos modos. Estoy en mi coche ahora. ¿Qué tal si voy a tu casa y te recojo? Estoy seguro…

—No,— JaeJoong interrumpió a la otra ardilla. —Quiero decir, gracias, Doctor, pero eso no será necesario. Si lo estima satisfactorio, preferiría verlo en su clínica. —Sus padres verían el coche del médico y la última cosa que quería JaeJoong era causar pánico.

—Está bien, JaeJoong,— respondió el doctor Kim. —Voy a estar esperándote.

Terminaron la llamada con una eficiencia que desmentía su naturaleza de ardilla. JaeJoong guardó su teléfono y se puso ropa de calle. Salió de su habitación, esperando contra toda esperanza que lograría escapar de la casa sin ser visto. De hecho, su madre estaba en la sala de estar y lo interceptó justo cuando estaba a punto de abandonar el frente de la puerta.

—Jae, cariño, me alegro de verte. Ven, siéntate con tu vieja madre. Vamos a hablar como antes solíamos hacer. ¿Quieres ir a algún lugar?

JaeJoong contuvo un suspiro. De alguna manera había logrado evitar decirles acerca de YunHo durante el mes pasado, a pesar de las visitas de YunHo y sus propias aventuras. Deben haberse dado cuenta de que algo estaba pasando. Bueno, no había mejor momento que el presente. Tendría que ser honesto con ellos, tanto si perseguía su relación con YunHo o no, o si sólo era por su recaída.

—En realidad, madre, pensaba ir a ver al Dr. Kim.

Todo el color desapareció del rostro de su madre. JaeJoong ni siquiera tuvo la oportunidad de decir nada más. Corrió hacia él y le obligó a que se sentara con ella en el sofá del salón. En una alegre voz llena de pánico, llamó a los padres de JaeJoong, hermanos y hermanas.
El área se inundó de gente, y JaeJoong consiguió un dolor de cabeza. En las familias de las ardillas, la poligamia era bastante común, y la decisión de su madre de tener dos maridos era bastante insulsa en comparación con lo que otras ardillas habían elegido. Diablos, JaeJoong había oído hablar de emparejamientos de ambos heterosexuales y del mismo sexo de hasta cinco personas. Sin embargo, su estilo de vida funcionaba para ellos. JaeJoong no estaba seguro de quién de los dos hombres genéticamente era su padre, pero no importaba, ya que ambos le mostraron el mismo afecto. Su extensa familia le ofreció una estabilidad de la que la mayoría de las ardillas no se beneficiaba.
Sus padres, DaeHyun y YoungSoo, se arrodillaron junto al sofá.

—¿Qué pasa?, —preguntó DaeHyun. —¿De qué está hablando tu madre? ¿Te sientes enfermo otra vez?

Su hermano mayor, Geu Suk, se sentó junto a JaeJoong y lo acercó.

—Vamos, Jae,— dijo. —Dinos. No nos pongas más ansiosos.

Su hermana menor, SeoHyun, lo miró con seriedad. Su labio inferior temblaba cuando agregó.

—¿Jae? ¿Vas a estar enfermo otra vez?

SeoHyun era la más joven de ellos, y JaeJoong sabía que su enfermedad la había afectado enormemente. Levantó la mano para controlar el caos a su alrededor. Miró a su familia, saboreando la amargura de la culpa en su boca.

—Estoy bastante seguro de que no será el caso. He estado pasando un tiempo inquieto, y simplemente estoy sintiendo la presión —. Hizo una pausa y enfrentó la verdad que nunca les había dicho. —Encontré a mi compañero un tiempo atrás. Es un lobo.

Por unos momentos, todos quedaron en silencio. Con diez personas en la habitación, parecía imposible, pero no por ello fue menos cierto. Entonces, por fin, una de sus hermanas mayores, Haneul, dijo.

—Jae... No puedes estar hablando en serio.

Justo entonces, el caos estalló en la habitación. La gemela de Haneul, DanBi, saltó a JaeJoong y lo abrazó, como si tuviera la intención de mantenerlo alejado de todos los daños. ChanYool y KyunTak, el único par de gemelos de sexo masculino en su familia, se unió a ella, y terminaron formando una pila de ardillas. Su volumen combinado envió al sofá a colapsar hacia atrás, y JaeJoong cayó contra el suelo de madera con sus hermanos en la parte superior. Fue sorprendentemente reconfortante y familiar, a pesar de la amenaza de lesión espinal. Ocultó una sonrisa mientras salía él mismo de la pila. Se alisó la ropa mientras se levantaba y arqueaba una ceja ante sus hermanos y hermana. Su madre suspiró, llamando la atención de JaeJoong de nuevo a la cuestión que ocupaba. ´

—Jae, cariño,— dijo ella, —¿Estás seguro de esto? ¿Te duele? ¿Es por eso que necesitas a Hyun Joong?

JaeJoong negó con la cabeza.

—Sólo quiero un chequeo de rutina, si te parece bien —.Se lamió sus labios repentinamente secos. —YunHo... él es el Alfa de su manada, y pronto va a ser padre.

—¿Padre?— repitió Geu Suk. —¿Eso significa que tiene una esposa? Los lobos no son como nosotros, Jae. No pueden amar a más de una persona.

JaeJoong se sintió irritado, cuando las palabras de Geu Suk agitaron su propio descontento y le molestó más de lo que había querido admitir.

—Es un acuerdo—, explicó. —Tiene que tener cachorros, proporcionar herederos para su familia. No significa nada.

—Por supuesto que lo hace. ¿No vas a ayudar a criarlos?

JaeJoong apartó la mirada conociendo la mirada de su madre.

—No lo sé. Ya veremos lo que ocurre después de que los cachorros nazcan. Ahora, pido disculpas, pero realmente debo reunirme con el doctor. No quiero ser un riesgo para los niños de cualquier manera.

—No vas a ninguna parte—, dijo YoungSoo. —Te quedarás justo aquí, y le llamaremos para que venga a nosotros. No se negará, y estás mucho más seguro aquí, con tu familia.

JaeJoong quiso protestar, pero sabía que no podía ganar. Sus hombros cayeron cuando admitió la derrota. Se dejó caer en un sillón y no dijo nada. Sólo cuando su madre volvió a hablar levantó la vista.

—Ah, y no creo que esta conversación haya terminado,— ella dijo. —Queremos conocer a tu pareja.

Había inclinaciones de cabeza por todas partes, y la mente de JaeJoong fue invadida por la horrible imagen de su gran familia agolpándose sobre YunHo. Esta vez, no pudo reprimir un gemido y hundió la cabeza entre sus manos. Y sin embargo, a pesar de la aprensión que sentía, el dolor en su pecho había desaparecido. Tal vez esto no era tan desesperante, después de todo.

*~*~*~*~*

De: uncorderodelobo@yahoo.com
A: ancianoMinChangShim@yahoo.com,
alfaloboYunHo@gmail.com

Asunto: Invitación

Hola.
Estoy escribiendo según la petición de mi compañero. Vamos a tener una pequeña fiesta para celebrar el cumpleaños de SungMin. Coincidentemente, también marca los ocho meses desde que adoptamos a los dos. Vamos a invitar a la madre de MinHo, sus amigos y sus familias. Adjunto, encontrarás una lista provisional de invitados.
Te invitamos a venir, también, si crees que puedes comportarte. No quiero que mis niños sean testigos de cualquier hostilidad.

Mis saludos,
ChangMin

YunHo no pudo evitar una carcajada al leer las cortas líneas de su hermano. En realidad no era apropiado, dado el contenido real del mensaje, pero se sentía divertido ante el cambio de dirección de correo electrónico de ChangMin. Su hermano, en efecto, se había convertido en un lobo de un cordero. Aleccionado, se centró en lo que su hermano estaba diciendo. Decía mucho de la actitud del otro lobo que ChangMin hubiera elegido enviar el mensaje a la dirección oficial de correo electrónico de YunHo. Suspirando, YunHo descargó el documento que enumeraba los invitados para la reunión, y frunció el ceño con sorpresa. Había mucha más gente de la que había esperado.
Vio el nombre de JaeJoong en la lista, y él se quedó boquiabierto al darse cuenta de las siguientes nueve personas que todos tenían los mismos apellidos, cuatro mujeres y cinco hombres. Su boca se secó cuando entendió que JaeJoong le había dicho a su familia acerca de su relación. Ahora, vendrían a conocerlo. Joder.

Su teléfono sonó, y en la pantalla se leía el nombre de su padre. Irritado, YunHo tomó la llamada.

—Hola, padre, —refunfuñó.

—Hola, YunHo. ¿Supongo que recibiste el e-mail de tu hermano?

YunHo asintió con la cabeza, aunque su padre no podía verle. — Me gustaría hablar contigo acerca de esto. —Suprimió un suspiro, sabiendo que tenía que contarle a su padre sobre JaeJoong. El hombre estaba obligado a reaccionar mal. —¿Podríamos tener una reunión hoy?

—Por supuesto—, dijo el anciano hombre lobo. —Supongo que has decidido decirme por qué te niegas a que YoonHee sea la perra del Alfa.

YunHo no estaba sorprendido de que su padre hubiera adivinado el motivo de su idea, o que el otro hombre sintiera algo detrás de la negación de tomar a YoonHee como compañera oficial. En cierto sentido, hacía las cosas más fáciles, cuando el anciano Shim MinChang no trataba bien con la sacudida. Puso fin a la llamada, estableciendo una reunión para ese mismo día. En un impulso, YunHo presionó uno en su marcación rápida. Sabía que tenía que tener más cuidado, pero su padre se enteraría de JaeJoong de algún modo. Podía también darse el gusto de una llamada telefónica.
El teléfono sonó una vez, dos veces, pero JaeJoong no lo recogió. Eso era extraño. Una sensación de angustia llenó a YunHo. JaeJoong siempre tomaba sus llamadas. ¿Qué podía haber pasado? Frío miedo corría por él cuando el teléfono seguía sonando. Al fin, JaeJoong lo recogió.

—Hola—, dijo JaeJoong, jadeando. —Pido disculpas. No puedo hablar ahora. ¿Podrías posiblemente llamar más tarde?

Una voz masculina sonaba en el fondo.

—Jae, ¿quién es?

El pánico de antes fue reemplazado por puros celos.

—JaeJoong, ¿dónde estás?, —preguntó en un gruñido. —¿Quién está ahí contigo?

—No puedo hablar ahora—, repitió JaeJoong tercamente.

—Está bien—, respondió YunHo a su vez. —Yo voy ahí. Si no quieres que te siga hasta tu casa, nos vemos en el parque en tres horas.

YunHo finalizó la conexión y salió de la habitación. Se apresuró a través de la casa, pasando por miembros de la manada confusos, y entró en el garaje. Fue justo cuando entró en su coche que se acordó de su reunión con su padre. Maldiciendo, YunHo utilizó la opción de manos libres y marcó el número del anciano lobo una vez más. Tan pronto como el otro hombre lo recogió, YunHo dijo,

—Padre, te pido disculpas, pero ha surgido algo. No puedo reunirme ahora.

—¿Perdón? ¿Qué puede ser más importante que reunirte con tu anciano y tu padre?

YunHo no tenía la intención de simplemente dejar escapar el secreto que había guardado durante tanto tiempo, pero se encontró hablando antes de que pudiera detenerse.

—Mi pareja.

—Tu pareja, —repitió su padre. No parecía sorprendido en lo más mínimo. —Entonces, ¿cuál es el gran problema con esta tan llamada pareja tuya?

YunHo no habría sabido explicar sus celos sin empezar con una historia larga y complicada que podría solo hacerle parecer mal.

—Él me necesita, —simplemente dijo.

—Él. Tu pareja es un hombre. —Un suspiro profundo. —¿Por qué no me sorprende? No creo que él sea un lobo.

—No, no lo es.— Hizo una pausa, considerando sus siguientes palabras. —Estás siendo bastante comprensivo con esto.

—Bueno, he intentado forzar las cosas una vez y no funcionó.— Hizo una pausa. —Admito que podría haber tenido una reacción diferente si no fuera por YoonHee, pero parece que pensaste en todo.

YunHo recordó la voz masculina procedente del teléfono móvil de JaeJoong y se preguntó.

—Tal vez no,— susurró, más para sí mismo, que para su padre.

—Lo siento, ¿qué fue eso?— El lobo anciano le preguntó al oído.

—Nada, padre. Mira, me tengo que ir. Sólo una cosa más. Mi compañero estará presente en el encuentro con ChangMin y MinHo.

—Ya veo. Pues bien, voy a estar seguro de sacar tiempo para esta pequeña reunión de tu hermano. Adiós, YunHo.

Antes de que YunHo pudiera decir algo más, su padre colgó el teléfono. YunHo se habría sentido aliviado o contento, pero sólo podía pensar en su pareja. No creía que JaeJoong lo engañara, y sin embargo, no podía dejar de recordar todas las historias sobre la naturaleza promiscua de las ardillas. El viaje a Los Ángeles nunca había durado tanto tiempo.

*~*~*~*

—Así, pues, ¿él va a estar bien?—, preguntó la madre de JaeJoong al Dr.Kim.

El doctor se quitó las gafas y comenzó a limpiarlas. Era un hombre apuesto, alto, más alto que la mayoría de las ardillas por lo menos, y el gris de su cabello tenía menos que ver con la edad que con la especie de ardilla a la que pertenecía. Cuando era adolescente, JaeJoong estuvo enamorado de él. Ahora, sólo sentía verdadero afecto por el hombre.
JaeJoong sospechaba que la única utilidad de las gafas tenían era esa, limpiarlas. Los de su tipo tenían una visión excelente, y era bastante poco probable que algún miembro de su especie necesitara realmente ayuda. Pero como todas las ardillas, Kim era inquieto, y se traducía en un número de tics de comportamiento que divertían y consolaban a JaeJoong ambos por igual.

El hombre se puso las gafas y empezó a hablar.

—Como he dicho antes, su naturaleza de cambia-formas asegura su plena recuperación física —. Hizo una pausa. —Sin embargo, eso no significa que a la situación no se la deba dar atención. JaeJoong, los síntomas que ha estado están experimentando son psicosomáticos, causados por el estrés.

JaeJoong se había dado cuenta de eso mucho.

—Gracias, Doctor. He estado bajo una presión considerable, pero me aseguraré de cuidar de mí mismo más de ahora en adelante.

—No estoy seguro de que sea suficiente. Por favor, déjame terminar, JaeJoong. —El Dr. Kim frunció el ceño. —Probablemente no te acuerdas mucho de lo que ocurrió cuando estabas enfermo, pero tu cuerpo sí lo hace. Por eso, en momentos de angustia mental... supongo que podría decir que cree que está enfermo.

—Sí, Doctor, ya me ha contado esto antes. Yo…

—Y, sin embargo, no te lo tomas en serio—, le interrumpió el otro hombre. —Te recomiendo permanecer en la cama durante el próximo par de días, y evitar todas las fuentes de tensión. Yo preferiría que estuvieras aquí en la clínica.

Los ojos de JaeJoong se ensancharon. Podría haber estado enamorado hace un tiempo de Kim, pero se equivocaba en una cosa. JaeJoong comprendió la gravedad de la enfermedad. Se acordaba de su enfermedad, tal vez no completamente, pero los retazos venían a él todo el tiempo. Y a causa de que recordaba esto, se negaba a estar hospitalizado, cuando no tenía necesidad de estarlo. Además, YunHo estaba esperando. Había sonado enojado al teléfono, y JaeJoong realmente necesitaba hablar con él.

—Eso está bien, Doctor, —dijo, ofreciendo al hombre una sonrisa que no sentía. —Prometo que tales precauciones no son necesarias. Me ocuparé de mí mismo mejor de ahora en adelante. Ahora, si me disculpa, debo irme.

Su padre DaeHyun le fulminó con la mirada.

—Jae, no seas grosero. El doctor sabe de lo que está hablando. —Volviéndose hacia Kim, le dijo: —Lo siento. Él sólo tiene esta idea de que ha encontrado a un compañero.

Las cejas de Kim se alzaron.

—¿Un compañero?—, repitió.

—Un compañero lobo ahí fuera, de todas las cosas.— Su madre no parecía crítica, pero sí parecía molesta.

—Bueno, supongo que eso lo explica todo.— Kim frunció el ceño. —Mira, JaeJoong, realmente debo recomendarte que vuelvas de nuevo a las cápsulas.

JaeJoong se levantó y sacudió la cabeza con decisión. No quería la medicina. Ponía a su cerebro confuso y su extraño mundo. El tiempo que había pasado tomando esas cápsulas había sido casi el peor en su vida, el segundo solamente después de su enfermedad. Ya tenía un tratamiento que estaba tomando. No necesitaba más pastillas.

—Le agradezco su preocupación, pero me temo que debo rechazarla. Estoy bien con mi receta actual. —Robó un vistazo al reloj de la pared. —Gracias por venir, y por su consejo. Buenos días.

Sin más preámbulos, JaeJoong les dio la espalda a sus padres y huyó de la casa. Ya le darían la lata más tarde, pero ahora, realmente necesitaba reunirse con YunHo.

Puesto que era incapaz de tomar el coche, eligió el metro en su lugar y llegó al parque justo cuando sus tres horas pasaron ya. Vio a YunHo ya esperando en frente del punto de reunión. En circunstancias normales, a JaeJoong le habría encantado, pero YunHo se había estado comportando extrañamente. JaeJoong se dirigió al lado de su compañero y lo saludó con cautela.

—Hola, YunHo.

El lobo ni siquiera le dio la bienvenida de nuevo.

—¿Quién era él?— YunHo preguntó, su expresión oscura. —¿Quién era ese hombre?

JaeJoong parpadeó sorprendido.

—¿Qué hombre?

—El tipo que oí por teléfono.— JaeJoong nunca había visto a YunHo parecer tan furioso. —Jesús, hueles como él.

JaeJoong se quedó boquiabierto al darse cuenta de la razón detrás del pequeño ataque de YunHo.

El lobo había oído al padre de JaeJoong y pensó que YoungSoo era su amante. El disgusto claramente se ilustraba en el rostro de YunHo. JaeJoong se mordió el interior de la mejilla con tanta fuerza que saboreó la sangre. Él había sido el encargado de hacer todos los compromisos. Había sido el que había aceptado todas las demandas de YunHo. ¿Y qué hizo él a cambio? Sólo la duda y el revolcón ocasional en un hotel del amor. Genial, simplemente genial.
Sin molestarse en decir una palabra más, dio la espalda a YunHo y se marchó. No sabía dónde iría. No podía regresar a su hogar porque sus padres lo volverían loco. ¡JunSu! JunSu siempre estaba a su lado cuando JaeJoong lo necesitaba. Por desgracia, JaeJoong no había sido el mejor de los amigos en estos días y había abandonado a JunSu para hacer frente a su tienda de libros por su cuenta. ¿Cómo podía en buena conciencia ir ahí ahora? Había construido su vida en torno a su necesidad de YunHo, y todo había sido en vano. Estaba tan perdido en sus pensamientos deprimentes que los bocinazos de automóviles a su alrededor eran una sinfonía distante. Salió de su trance cuando los fuertes brazos de YunHo lo atrajeron hacia sí. Trató de luchar, pero su resistencia se derritió cuando YunHo comenzó a hablar.

—Jae, detente, detente, ¿de acuerdo? Jesús, ¿estás bien?

JaeJoong sintió la preocupación de su compañero y dejó de luchar. Cuando miró a su alrededor, se dio cuenta de que los transeúntes se sobresaltaron y se dio cuenta de que había entrado directamente en el tráfico sin prestar ninguna atención a su propia seguridad. Eso no quería decir que hubiera olvidado el comportamiento de YunHo. Tomó una profunda respiración y se centró en calmarse.
Los lobos eran gente posesiva, ¿verdad? Aunque YunHo había dudado de él, no significaba que su relación estuviera condenada al fracaso. Era sólo una cosa que necesitaban dejar clara. Un ridículo malentendido como este no debería hacerlos romper.

—Pido disculpas—, respondió secamente. —Exageré. Pero si es necesario que sepas, el hombre que por casualidad escuchaste era mi padre. —No sabía lo que lo hizo continuar, pero añadió: —Estaba viendo a mi médico de cabecera.

—¿Médico?— La voz de YunHo sonó ahogada ahora. —¿Por qué? ¿Pasa algo malo?

JaeJoong se apartó de los brazos de su compañero.

—No, en realidad no. Creo que deberíamos tener esta conversación en otro lugar. Tal vez encontrar un lugar privado por aquí.

YunHo le permitió a JaeJoong arrastrarlo al parque reservado para los cambia-formas. Había un montón de gente alrededor, en su mayoría padres con niños, pero con un poco de suerte, JaeJoong logró llegar a una zona menos concurrida. Se sentaron en una banca juntos, y JaeJoong se quedó mirando los árboles, sabiendo que debería haber dicho a YunHo esto antes, pero perdería sus nervios si lo miraba.

—Cuando era niño, caí gravemente enfermo con una forma aguda de viruela de de las ardilla cambia-formas. Es muy contagiosa y no puede ser tratada. Contra todos los pronósticos, sobreviví. Sin embargo, hasta el día de hoy, muchos siguen creyendo que soy portador latente del virus. La cosa es que... yo casi había pensado que había logrado escapar de esa parte de mi pasado, pero en estos días, me he estado sintiendo un poco cansado. No quería correr el riesgo de estar cerca de ti, YoonHee, o los cachorros si estaba enfermo, aunque yo realmente no creo que el virus pueda afectar los hombres lobo. Así que resolví llamar al médico. Físicamente, YunHo, estoy bien, pero a veces mi cuerpo no lo entiende. Me dijeron eso en aquel entonces, durante lo peor de todo, mi corazón se detuvo y estuve realmente en muerte clínica durante unos minutos. Así que según él, hay algún tipo de trauma que surge en momentos de estrés. —JaeJoong hablaba en tono monótono sobre los hechos que el Dr. Kim había clavado en su cabeza tantas veces. —Es algo psicosomático, pero no afecta a ninguna otra cosa más. En todo caso, eso es lo que estaba haciendo hoy. —Se dio la vuelta y miró hacia YunHo. —Y si vas a sospechar de mí engañándote, bueno, muy bien podría hacer lo mismo. Después de todo, ¿quién me dice que no te has acostado con YoonHee? ¿Quién dice que no tienes un amante en la manada?

—Yo no tengo a nadie—, respondió YunHo apresuradamente. —Dios, bebé. Estoy muy apenado. Yo sólo... no sé ni qué decir.

JaeJoong suspiró.

—No tienes que decir nada. Deja de juzgarme después de tus jodidas normas. No sé lo que has oído acerca de las ardillas o lo que tus relaciones anteriores eran, pero no puedes tomar esta mierda.

YunHo parecía sorprendido, y JaeJoong no lo sorprendió ya que rara vez, si alguna vez, maldecía.

—Nunca quise juzgarte. Yo... yo ni siquiera pensé lo difícil que debe ser para ti. —YunHo hizo una pausa, mirando en conflicto y perdido. —Tu aflicción... ¿Es de nuevo por mi culpa? ¿Te he hecho daño?

—No—, respondió JaeJoong. No era una mentira, incluso si indirectamente YunHo fuera la causa de su estrés. —Es mi propia culpa. Estoy tratando con esto mal.

—Dime, bebé—, respondió YunHo. —Sólo dime. Los problemas son siempre más fáciles cuando los compartimos con alguien.

Así que JaeJoong le dijo. Habló de sus sentimientos encontrados, sus temores por no ser aceptado por los cachorros y la manada, sus insuficiencias y aprehensión atrapándolo ante el mero pensamiento de la reunión de dos familias. Abrió su corazón hasta que tanto su corazón y su garganta se sentía en carne viva. Pero cuando por fin terminó, se sentía ligero y aliviado.

YunHo ahuecó su mejilla y le dio un beso en la sien.

—Gracias por confiar en mí en esto. Me gustaría poder asegurar que vas a estar bien. La verdad es que no sé lo que mi manada va a hacer. Hablé con mi padre y, te mencioné. Parece receptivo a la idea, y no creo que vaya a ser un problema. Estoy convencido de que los cachorros van a quererte, sin embargo. Después de todo, su padre lo hace.

JaeJoong se quedó helado. No creyó que en todo este tiempo estando juntos, YunHo hubiera confesado alguna vez su amor.

—¿Tú me amas?— Gritó en una vergonzosamente voz alta.

—Oh, bebé... Te quiero más de lo que nunca creí posible.— YunHo se rió un poco. —Ya sabes, si alguien me hubiera dicho lo loco y lo impredecible que es el amor, podría haber incluso tratado de evitarlo. Pero tú, Jae... Tú me enseñaste que todo es posible. Estábamos hechos el uno para el otro. Estoy seguro de eso.

Jae tuvo que morderse el interior de la mejilla de nuevo, pero esta vez para detener las lágrimas que amenazaban con caer.

—Yo... te amo, también.

Era difícil saber cuándo ocurrió. Al principio, había sido la química, atracción física. Pero ver a YunHo hacer sacrificios, a fin de garantizar la seguridad de su manada, viéndolo ayudar a HeeChul y a SiWon, oírlo hablar de las cosas que más le gustaban, escuchando su risa y la simple lectura de los e-mails enviados por YunHo, todo se confabuló para hacer que Jae se enamorara profundamente. Como las ardillas decían, estaba loco por el lobo. Y si media hora o así, la idea de un hotel del amor la rechazaba, ahora Jae habría hecho cualquier cosa por la privacidad absoluta y una superficie plana. Quería a su hombre tanto que dolía.
YunHo debía haber adivinado sus pensamientos o tal vez olió su excitación, mientras sus ojos brillaban de puro deseo. Tomó la mano de Jae y se levantó. Esta vez, fue el turno de YunHo para arrastrar a Jae por delante, y salieron del parque y al coche de YunHo. Subieron al vehículo, y Jae apenas tuvo tiempo para abrocharse él mismo el cinturón antes de que YunHo se pusiera en marcha. El lobo hizo un ilegal giro en U, y la velocidad con la que condujo causó que los conductores le tocaran la bocina airadamente. Fue sólo por algún tipo de milagro que ningún coche de la policía los detuviera. Por fin, YunHo se estacionó junto al primer hotel de lujo que pudieron encontrar. JaeJoong se desabrochó el cinturón y se dispuso a salir del coche. La mano de YunHo agarró su muñeca antes de que pudiera hacerlo.

—Lo siento por esto, bebé—, susurró. —Te mereces algo mejor. Pero te prometo que no tendrás que ocultarte por más tiempo. Después de este encuentro con ChangMin, te voy a llevar a ver a la manada. Vamos a estar juntos por fin.

Oír a su compañero reconocer su descontento debería haber roto el estado de ánimo sexual. No lo hizo. En su lugar, se calmó una parte de JaeJoong que, incluso después de dos meses, se sentía reacio a confiar.

—Lo sé—, contestó con una sonrisa. —Ahora vamos. Te quiero.

Esta vez, YunHo ni siquiera trató de detenerlo. Salieron juntos fuera del coche y entraron en el hotel. JaeJoong no supo cómo logró contener su impaciencia mientras esperaba que YunHo tomara su llave de la habitación. Afortunadamente, el lobo no pasó mucho tiempo para concluir las formalidades. Atrajo a JaeJoong en el ascensor y pulsó el botón para el tercer piso.
Había otras personas en el interior del ascensor, así que JaeJoong no podía saltar sobre YunHo como él quería. Sin embargo, tomó la mano de YunHo, el mero calor de la palma de la mano del lobo anclándolo y alimentando su necesidad. A lo lejos, reconoció algunos de los humanos dándoles feas miradas, pero no les hizo caso.
El ascensor pareció tardar una eternidad, hasta que llegaron a su piso. Al fin, se detuvieron, las puertas se abrieron con un silbido. JaeJoong y YunHo inmediatamente salieron corriendo. Encontraron su habitación y, después de algún esfuerzo, irrumpieron en el interior.
A partir de entonces, JaeJoong se rindió al calor y la pasión y olvidó todo lo demás. Las manos de YunHo viajaron sobre su piel, deshaciéndose de su ropa. JaeJoong no tardó en hacer lo mismo con la propia ropa de YunHo. Pantalones, zapatos, chaquetas y camisas aterrizaron en el suelo, creando un rastro de prendas de vestir desde la puerta a su cama tamaño king. Por fin, YunHo lo empujó hacia abajo, y cuando JaeJoong aterrizó en el suave colchón, miró al lobo, que era su pareja. En la luz de la penumbra que se filtraba a través de las pesadas cortinas, YunHo parecía un dios antiguo, fuerte, insondable sin miedo, pura lujuria grabada en sus aristocráticas facciones cinceladas,. Sus ojos verdes brillaban como esmeraldas, esa mirada necesitada de una caricia casi palpable en la piel de JaeJoong.

Entonces YunHo subió a la cama, atrayendo sus cuerpos juntos, su aroma envolviendo el único de JaeJoong, aroma varonil. Incapaz de resistir, JaeJoong buscó a su compañero. YunHo obedeció a su silenciosa solicitud y aplastó sus labios. El beso que JaeJoong había anhelado desde el mismo momento en que había visto a YunHo ese día fue aún mejor de lo que había esperado. YunHo tomó y dio, su lengua empujando dentro de la boca de JaeJoong, explorando, probando, conduciendo a JaeJoong salvaje. JaeJoong no pudo evitar un gemido cuando se entregó a la embestida de su pareja. Dios, cuando YunHo le daba un beso, parecía cada vez mejor. Su peso en la parte superior de JaeJoong le hacía sentirse seguro, protegido, amado.
Muy a su pesar, YunHo se separó de él. Su compañero se movió fuera de la cama, y antes de que JaeJoong pudiera incluso preguntarle qué le pasaba, desapareció en el cuarto de baño. Afortunadamente, JaeJoong no tuvo tiempo para entregarse a cualquier sentimiento de confusión o de abandono, cuando su compañero reapareció, llevando el pequeño tubo de champú de cortesía. La anticipación recorrió a JaeJoong al ver a su compañero acercarse una vez más.

—Bebé, te necesito—, murmuró con voz ronca YunHo. —Te necesito tanto.

YunHo saltó sobre la cama de nuevo y se arrastró hacia JaeJoong. Por una vez, JaeJoong no podía hablar. Asintió con la cabeza y dejó que su compañero maniobrara con él sobre las almohadas. Su cuerpo parecía convertirse en masilla cuando YunHo alzó las piernas sobre sus hombros.
YunHo abrió el tubo y vertió el líquido en sus dedos. Sus dígitos manchados exploraron la región inferior de JaeJoong. JaeJoong gimió cuando su compañero frotó sus dedos a través de su escroto, enviando choques de placer por encima de su columna vertebral.
Todo su cuerpo temblaba de necesidad, y su ano se apretó alrededor de aire vacío, dolorido por la necesidad de la penetración.

—YunHo ...

El lobo bajó su boca sobre la dura polla de JaeJoong, y el aliento de JaeJoong se entrecortó en forma de calor húmedo que envolvió su erección. La sensación de la húmeda caverna alrededor de él y la deliciosa manera en que la lengua de YunHo se arrastraba sobre su polla lo distrajo, hasta el punto de que no se dio cuenta de que su compañero continuaba con sus exploraciones hasta que dos dedos penetraron en su pasaje de atrás. YunHo torció los malvados dígitos dentro del culo de JaeJoong, y las estrellas explotaron en la visión de JaeJoong, cuando su compañero golpeó su próstata. Oh, Dios... Estaba cerca, muy cerca. Con YunHo moviendo la cabeza hacia arriba y debajo de la polla de JaeJoong y metiendo sus dedos en el interior del agujero de JaeJoong, no creía que pudiera tomar mucho más tiempo.
JaeJoong se inclinó abajo a su compañero, dividido entre la necesidad de sentir a su compañero en su interior y el deseo inmediato por correrse. Gracias a Dios, YunHo no lo torturó por más tiempo. Su boca dejó la polla de JaeJoong, y cogió el tubo una vez más. El líquido restante fue sobre la polla de YunHo, y a continuación, YunHo colocó su polla en el agujero de JaeJoong. De un solo golpe, YunHo se deslizó hacia adentro.

La invasión repentina debería haberle hecho daño, y en cierta medida, lo hizo. El champú no era precisamente el mejor lubricante posible. Aun así, el cuerpo de JaeJoong lo interpretó como una reacción natural, abriéndose tanto al placer como al dolor. Se moldearon juntos en una sola sensación, ya no más separados el uno del otro.
Cuando YunHo comenzó a empujar dentro y fuera de él, JaeJoong cerró los ojos, permitiendo que todos sus otros sentidos tomaran el relevo.
Podía oír a su propio pulso latir en el ritmo del latido del corazón de YunHo. Podía saborear el persistente sabor del beso de YunHo en su boca. La polla de su compañero lo extendía tan perfectamente, y ambos su cuerpo y su alma se sentían llenos, abrumado por el ataque de pasión de YunHo. Perpetuo calor chisporroteaba sobre su piel y no pensó que alguna vez se sentiría tan conectado a cualquier persona en su vida.
Las manos de YunHo se aferraron a sus caderas mientras el hombre lobo aumentó el ritmo. Su polla golpeaba la próstata de JaeJoong, una y otra vez, y el mundo de JaeJoong se derritió. A lo lejos, se oyó murmurar obscenidades, pero no pudo haberse controlado si lo hubiera querido. Todas sus emociones, deseos y necesidades se extendieron cuando el placer aumentó más y más.
JaeJoong no sabía por qué abrió los ojos. Una sensación repentina de que necesitaba hacer lo impulsó a la acción, y miró a su compañero. YunHo lo estudió, su mirada fue casi negra con el calor sexual. Y de repente, JaeJoong sabía lo que su compañero quería. Conocía lo que quedaba para completar el vínculo, y no podía pensar en ninguna idea mejor.

Por instinto, inclinó la cabeza, ofreciendo a YunHo el cuello. Los labios de YunHo remontaron por encima de su clavícula, colocando besos ligeros que casi hicieron sentir humilde a JaeJoong. Y luego, el dolor agudo recorrió a JaeJoong cuando YunHo lo mordió. Los colmillos de su compañero atravesaron su piel, y por un breve momento, JaeJoong no sabía por qué ni siquiera había querido esto. Dolía, y no de una manera agradable como cuando YunHo lo jodió.
Pero ese pensamiento se evaporó en un instante cuando una ola de deseo se apoderó de él, tan intensa que JaeJoong apenas podía aferrarse a su conciencia. Sintió que su conexión saltaba en su lugar, y vino con el más perfecto y adormecido orgasmo su vida.
Prácticamente JaeJoong podía sentir el placer de YunHo, sentir su propio cuerpo exprimir la polla de YunHo y probar el sabor de la propia sangre de YunHo en su boca. Era, a falta de una palabra mejor, divino, y JaeJoong se corrió y se corrió, su clímax envolviéndolo en un torbellino salvaje, sin un final a la vista. El calor lo llenaba cuando YunHo encontró su mejor momento también, y JaeJoong se ahogó cuando el placer renovado lo asaltó. Esta vez, no pudo permanecer consciente. Su mente hizo corto circuito y flotó sobre las nubes del nirvana, asombrado por las sensaciones.

Era una voz familiar que lo trajo de vuelta a la realidad, una voz que, sorprendentemente, parecía sonar en su cabeza.

—Bebé, ¿Estás bien?

—Sí,— respondió JaeJoong tentativamente, pensándolo más que diciéndolo.

—¿YunHo?

Abrió los ojos para ver a su compañero sonreírle.

—Estamos unidos ahora, bebé—, susurró el lobo. —Para siempre.

Para siempre sonaba como un buen plan para JaeJoong. Sonrió a su compañero, deleitándose en su conexión recién descubierta. Le hubiera gustado saltar con una respuesta articulada, pero se encontró con los ojos cerrados a la deriva.

—Te amo—, alcanzó a decir antes de que sucumbiera al agotamiento. A través de su sueño, creyó sentir el calor de un beso en sus labios y escuchó un murmullo en respuesta.

—Yo también te amo, Jae. Te amo, también.

A una buena distancia lejos del edificio, un hombre de pie, esperaba y observaba. Había visto al lobo maltratando a su más pequeña compañía dentro del hotel. Cuando la pareja no salió, el espectador apretó sus dientes de rabia y enfado. No hacía falta ser un genio para darse cuenta de lo que estaba pasando ahí. Se preguntó si podía salirse con la suya interrumpiéndolos, pero decidió no hacerlo. Ahora que tenía la respuesta a todos los enigmas, su hombre, que deberían haber estado a su lado desde hace años, no tardaría en ver la verdad. Él se aseguraría de eso.

Después de dar un último vistazo al hotel, el hombre se dio la vuelta. No podía permanecer ahí por mucho tiempo. Estaría tentado a irrumpir dentro del edificio y separarlos. Eso simplemente no lo haría. Si quería que su plan tuviera éxito, tenía que demostrar más allá de cualquier sombra de duda de lo equivocado que un lobo y una ardilla era el uno para el otro.
Asintiendo con la cabeza a sí mismo, se dirigió a su coche, ya calculando detalles de su idea. No sería fácil, pero conseguiría a su hombre todavía.


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